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martes, 22 de marzo de 2022

El intento de secesión de Hinojo del partido de Olavarría en 1906                                                                                                                                                                                 Autor: Cr. Adolfo Hipólito Santa María

                               

 Hinojo

En 1887, un decreto del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Carlos Alfredo D'amico, autorizaba la fundación de un pueblo en el partido de Olavarría denominado Hinojo, junto a la estación homónima del Ferrocarril del Sud.


Los considerandos del decreto son los siguientes:
Vista la voluntad de don Ángel Bardi y David Spinetto, pidiendo autorización para formar un pueblo en terrenos de su propiedad, en el lugar llamado Hinojo, partido de Olavarría, y considerando que es de utilidad pública la formación del pueblo que propone, y en atención a lo informado por el Departamento de Ingenieros al Poder Ejecutivo, decreta:
Artículo 1. Autorizase la fundación de un pueblo denominado Hinojo, partido de Olavarría.
Artículo 2. Quedan aprobados los planos presentados para su formación.
Artículo 3. Por la Escribanía Mayor de Gobierno se extenderán las escrituras a favor del Estado, de las destinadas a Plaza, Casa Municipal, Policía e Iglesia, y a favor del Consejo de Educación, las destinadas a escuelas.
Artículo 4. Comuníquese, etcétera…
15 de enero de 1887.
Carlos A. D'amico Benjamín Canard

El nombre de Hinojo, como ya se denominaba la estación del Ferrocarril Sud, toma el nombre del arroyo Hinojo que corre en sus proximidades.
 Ángel Bardi

 Ángel Bardi y familia -Foto Archivo Histórico Municipal  de Olavarría


Comercio y casa de Ángel Bardi


Ángel Bardi había nacido en Rapallo, Génova, el 1° de noviembre de 1848. Hizo el servicio militar en la marina de Nápoles por espacio de tres años, y a los 27 se embarcó para la Argentina con una carta de recomendación para presentarse ante el Ministro Plenipotenciario de Italia en Argentina. Llegado a la Argentina no pudo encontrarse con el ministro, porque había viajado a Norteamérica, y falto del apoyo que esperaba contar salió en busca de un trabajo. Alguien le recomendó viajar a Tandil, donde ofició de ayudante de pintor del encargado de reaccionar una iglesia. Luego con sus ahorros compró mercadería en Azul y se instaló en Olavarría, donde abrió un pequeño comercio en el lugar que estaba la panadería El Ca­ñón.
Luego regresó a Azul, y en 1882 compró terre­nos donde se levantaría la estación del Ferrocarril Sud en Hinojo. Construyó una casilla de madera frente a la salida actual de la estación del F.C.S, donde se encontraba el Hotel Argentino. El 2 de abril de 1883, inauguró un negocio de res­taurante, café y billar.
Al año siguiente viaja a Italia en busca de su prometida y contrae matrimonio con Teresa De Martini antes de partir de nuevo a la Argentina. De esa unión nacieron: María Magdalena, Ana Clotilde, Juan Ángel y Francisca Magdalena
Luego descubrió una cantera de arena en una chacra de Jacobo Mayer, cerca de Colonia Hinojo y comenzó a explotarla, la misma que después fuera propietario Eugenio Piaggio.
En 1895, es uno de los fundadores de la Sociedad Italiana de Hinojo y su primer presidente. El 6 de febrero de 1940, en la localidad de Hinojo dejó de existir don Ángel Bardi.

En 1929, en un reportaje al diario El Popular, Bardi nos contaba de Hinojo:
- Llegue a lo que hoy es Hinojo, si mal no recuerdo en 1883 y comencé a levantar una casilla de madera frente a la salida de la actual estación del ferrocarril, en el mismo sitio que ocupa hoy el Hotel Argentino. Terminada mi pequeña construcción abrí un restaurante, café y billares.
-En aquellos tiempos no había ninguna casa por esos alrededores y los terrenos que hoy ocupa el pueblo estaba destinados a la agricultura. (….)
- La necesidad que sentí para edificar en material, me indujo a que descubriese la existencia, de canteras, de arena, y después de muchas revisaciones, conseguí descubrirla en la chacra de un señor Jacobo Mayer, próximo a la Colonia Hinojo, cuyo propietario actual es el señor Eugenio Piaggio. En un pozo abandonado descubrí la arena, llevando en el mismo día una porción al ingeniero que se encontraba en la ciudad de Azul dirigiendo la construcción del ferrocarril de esta a Bahía Blanca, para que una vez probada informarse si podía suplir a la de Montevideo en las construcciones; hecho el experimento me encargó el envío de 10 chatas de ese material que debía ser aplicado en las obras destinadas a las instalaciones.
-¿Quiénes se instalaron en Hinojo después de Ud.?
- Seis meses más tarde llegaron unos nuevos vecinos: los señores Antonio Rissi y Santiago Brizzio, quienes edificaron una casita junto a las vías del F.C.S en el paraje que hoy ocupa el local alquilado de la Sociedad Italiana. Después llegaron don Luis Giffoni, , Juan Balbi, Teófilo Fischer, Fernando Pilotto, Pedro H. Paniza, Eduardo Bernasconi, Eugenio Piaggio y sucesivamente muchos otros antiguos vecinos.
Díganos, señor Bardi ¿Por qué se llama Hinojo el pueblo?
-Por una antigua costumbre. Primero decíamos el hinojal a la proximidad del arroyo cerca de la chacra de Domingo Rey, por la gran cantidad de hinojo que crecía allí: de eso provine el nombre que hoy lleva el pueblo.
-¿Antes de la fundación oficial del pueblo había algún edificio importante?
El primer edifico público que se construyó fue una escuela construida por el vecindario en 1885, y cuyo local ocupa hoy la escuela número 10. Recuerdo que la primera maestra fue la señora Petrona Reynoso (…) Con anterioridad el cura Castro Rodríguez me hizo alquilar para escuela durante cuatro meses, la casa de don Fernando Pilotta, pero a ella no concurrió inscripción alguna; reabrió más tarde, mientras se terminaba la escuela 10. La policía fue creada en 1886 y la primera estafeta de correos el mismo año que se inauguró el ferrocarril. El primer jefe de estación fue el señor alemán, Sacks, su esposa atendía la estafeta.
-¿En qué época comenzaron las explotaciones de canteras, en estos parajes?
La primeras canteras fueron explotadas allá por 1877 por un señor Juan Molla, de nacionalidad italiano, dedicándose a la fabricación de la cal en cuyo horno empleaba la lana de oveja, y se transportaba dicho material en carreta a Azul. Otros de los primitivos explotadores de canteras fueron los señores Anizan, Brizzio, Ambrosio Colombo, David Spinetto y yo.(1)

Proyecto de ley de creación del partido de Manuel Quintana
El 27 de julio de 1906, el diputado provincial Mateo S. Casco, presentaba en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, un proyecto de ley para que la localidad de Hinojo se transformara en cabecera de un nuevo partido, con tierras que se tomarían de los partidos de Azul, Olavarría y Tapalqué.
El 2 de Agosto de 1906, la noticia se hacía pública en una editorial del periódico El Popular, que transcribimos:
Solo una mala inspiración interesada puede haber llevado al tapete de la legislatura de la Provincia, el proyecto de ley haciendo de la localidad de Hinojo un nuevo partido con tierras tomadas a Olavarría, Azul y Juárez.
No vemos los motivos de interés público que puedan informar esta pretendida desmembración de nuestro partido, ni lo que podría ganar el pequeño pueblo con esta transformación que tiende más que nada a beneficiar intereses particulares.
Distante muy pocos kilómetros de Olavarría y muy escasos de Azul, su desarrollo comercial y su vida económica estaría absorbida como hoy por ambas ciudades, viviendo y soportando la vida anémica de tantas otras creaciones de partidos, solventando con sus ahorros y con su esfuerzo toda una legión de servicios con sus correspondientes autoridades, para darse el lujo de ser cabecera de partido.
¿Puede esto beneficiar a alguien?
¿Se justifica por ventura el paso que se ha dado con propósitos tan a destiempo y tan inconsultos?
El proyecto no es nuevo, pues ha sido llevado a las cámaras provinciales más de una vez y su autor, que es un reincidente de la idea, parece no darse por vencido por los anteriores desahucios y fracasos recibidos que deberían haber hecho comprender lo infructuoso de su gestión
El proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados por el diputado Casco, también sería presentado en la Cámara de Senadores por el senador Lorenzo Lasalle, quien por aquellos años era un caracterizado vecino de Hinojo, al que se menciona como el principal promotor del proyecto de secesión.
En un principio se especulaba que el proyecto de ley cercenaba tierras de Benito Juárez, pero no sabemos si por presiones u otros motivos, veremos que el proyecto presentado en lugar de tierras del partido de Benito Juárez se apropia de tierras del partido de Tapalqué.

Proyecto del diputado Casco
El Senado y Cámara de Diputados DD:, etc.
Articulo Io. Créase un nuevo partido de campaña que se denominará «Ma­nuel Quintana» y en cuyos límites que­darán comprendidas las propiedades siguientes: al Nord Oeste F- O. de Pi­nero, Colman v Matoso, Ramón M. Oliden, Pourtalé Hnos., Jorge Keen, Dionisio Recabarren, Juan B. Bioy, Juan Westes, Juan Laborda, del Par­tido de Olavarría y del de Tapalqué, por el mismo rumbo, Tomás Keen, Miguel Roqueña, herederos de Enri­que Domecq, Juan B. Bioy. Luis Goya, y sobrantes del Fisco en Olavarría, y Potreros del Estado. A! Nord Este Federico Uriarte, E. y R. Bunge, Vicente Pereda, Javiera M. de Piñeiro, Mercedes y Amalia Anchorena, limi­tando con el Arroyo de los Huesos que los dividirá del Partido de Juárez, Elíseo P. Acosta. Pedro Iturralde, H. Negretti, Luis Saint Germán, Lotes 211 y 212, Domingo Longa, Lotes 214 y 215 de F. Gómez y César Adrogué, y al Sud Este Pedro Arrieta y las chacras comprendidas al Este da una línea recta que arrancando del ángu­lo N. Oeste de este campo, termine en el ángulo S. Oeste de K O. de Pi­nero y Blas Derhs, Santiago Gricoli y suerte 263.
Art. 2o Declárase cabeza de este' Partido el Pueblo formado en la Es­tación Hinojo, sobre la línea del Ferrocarril del Sud debiendo llevar en adelante este pueblo el nombre del Partido.
Art 3" El nuevo Partido pertenece­rá a la sección 6a electoral y dependerá del Departamento Judicial de la Capital de la Provincia. Art. 4" Comuníquese, etc.

                         Mateo S. Casco.

Los fundamentos del proyecto de ley presentado por el diputado en el recinto de la Cámara de Diputados, fueron los siguientes:
Las razones que me han inducido a presentar este proyecto, han sido provocadas por el eco simpático de una población que con legítimo entusiasmo y generosos latidos, ha levantado en mi espíritu un sentimiento de ecuanimidad y justicia, trayendo por mi intermedio a este recinto el deseo y la ambición a que su propia existencia le da derecho.
Para poner en relieve hechos y dere­chos que están confortados y robuste­cidos por realidades ilevantables no se necesita tener superioridad intelectual ni abundar en detalles v razonamien­tos que en este caso resultarían debi­litados por mis fuerzas, sino buena vo­luntad y estar inspirado en un senti­miento de equidad v de justicia para llevar el convencimiento y la razón ante las claras inteligencias y bien intencio­nados propósitos de los señores dipu­tados que forman parte de esta hono­rable cámara.
Los pueblos como los hombres, obe­deciendo a una ley del destino llegan a su mayor edad v tienen forzosamente que desprenderse del tutelaje que los absorbe y domina buscando por todos los medios a su alcance la forma de salir de ese achatamiento que los achi­ca y los somete.
Los pueblos, como Hinojo que con verdad puede decirse se deben a su pro­pio esfuerzo, tienen necesidad de bus­car la forma de salir de este estado, y mucho más cuando este ha sido forma­do por esa ley de ascenso y de progre­so, de fuerza y de riqueza, de trabajo y de labor, impulsado y ejecutado por los habitantes de esa población que con las fuerzas de sus energías, y la de su brazo abrieron allí las entrañas de ese pedazo de tierra regando con su su­dor los surcos que abrían con la ace­rada reja del arado, para recoger más tarde el fruto de sus sacrificios, fuente de riqueza que allí habían derramado que las tienen ahí depositada, y que son señor Presidente los que ambicio­nan y reclaman hoy su independencia.
El nombre de Manuel Quintana que ha de servirle de título a este nuevo partido es ya un presagio de esperan­za de engrandecimiento, de cultura y de progreso; y sus vecinos tendrán que ostentarlo con verdadera satisfac­ción y orgullo rindiéndole un recuer­do v reconocimiento al que en vida lo llevó, que fue oráculo de virtudes, de talento, de patriotismo, de trabajo y honradez.
Sin fuerzas señor Presidente, me siento para bosquejar los méritos y cualidades que adornaban la persona­lidad que me ocupa; pero cuando per­las no puede ofrecer la cabeza, gotas de rocío derrama el corazón en esa forma muda pero elocuente en que es­te órgano importante las sabe ofrecer, haciendo sentir las palpitaciones que lo agitan, y reflejando en cada uno de sus latidos, la causa que los determina; y esta es la razón porque el humilde diputado que ocupa esta banca, no pudiendo ofrecer otra cosa derrama esta gota de rocío, sujeta al recuerdo de este eminente tribuno, que con sus máximas y doctrinas, inspiró a toda una generación, y la entrega al pueblo de Hinojo para que, inspirándose en su ejemplo le sirva de guía en su desenvolvimiento v en su acción.
La población de Hinojo en su planta urbana, cuenta actualmente con tres mil habitantes; tiene de 750 a 800 edificios de material, de arquitectura moderna y gigantesca; tiene 900 vehículos, en general, 23 fábricas de cal dentro de su planta rural a crearse diez canteras de granito, 25 de piedra calcárea, etc. Evitaré entrar en una minuciosa enumeración de detalle para no molestar la atención de la Cámara, pero que traeré a ella cuando el proyecto se discuta.
¿Yo pregunto, señor Presidente, si un pueblo que posee todos esos elementes de vida propia, tiene o no derecho a independizarse y buscar los medios de gobernarse por sí mismo?
Por estas breves razones, pido a la Honorable Cámara quiera prestar su apoyo a este proyecto y que la Comi­sión a que pase se expida a la mayor brevedad.
He dicho.

Apoyado suficientemente se destina a la Comisión 1 de Legislación (2). Diario de Secciones de la Cámara de Diputados de la Provincia, hoja Nº 151 y 152.
De la lectura del proyecto de secesión presentado por el diputado Castro, surge claramente que trata de seducir con argumentos que apelan más a las emociones para justificar los deseos de los vecinos de Hinojo de separarse de Olavarría.
El eco simpático que le produce los deseos y la ambición de los vecinos de desprenderse del tutelaje que los absorbe y los domina, según dice en una parte de su exposición, es el principal argumento de este proyecto unilateral que de forma arbitraria cercenaba tierras de tres partidos.
Porque si analizamos los datos concretos que aporta de la población, que atribuye solamente al ejido de Hinojo para justificar el proyecto presentado, vemos que están interesadamente magnificados para darle una mayor importancia al lugar.
Como ejemplo, en aquel año Hinojo tenía 1250 habitantes, y los pueblos que pasarían a formar parte del nuevo partido tenían: Sierras Bayas 580; Sierra Chica 750; Colonia Nievas 375 y zona de canteras 580. Es decir, que deberíamos sumar a todos habitantes de estas localidades para llegar a los 3.000 habitantes que aseguraba en su presentación tener la planta urbana de Hinojo.
De aprobarse definitivamente el proyecto, para el partido de Olavarría representaba una pérdida de superficie muy significativa, porque se trataba de tierras altamente productivas para la actividad agropecuaria y minera.
Con la llegada del ferrocarril el 15 de marzo de 1883, Hinojo comienza a acelerar su crecimiento. Pocos después, la construcción de los ramales ferroviarios a Sierra Chica y Sierra Bayas contribuyó a que sea muy intenso el transporte de materiales de las canteras hacia la estación de Hinojo, transformándola en una de las más importantes. Canteras de piedra, hornos de ladrillos y de cal había en toda esa zona.
Además, Hinojo tenía en sus alrededores una gran producción agrícola, que había comenzado con la instalación de colonos ruso alemanes, ciudadanos argentinos y de otras nacionalidades que se beneficiaron con la promulgación de la ley de 1877, creando la Colonia Olavarría.
Este favorable escenario, que hacía crecer al pueblo de Hinojo y sus alrededores, hizo que un grupo de vecinos pensaran que debían gobernarse por sí mismo, para de este modo poder recibir los beneficios que la Municipalidad de Olavarría no les daba por la importante contribución económica que ellos hacían al Partido de Olavarría.
La postergación de las aspiraciones de un pueblo, de recibir en obras y servicios de acuerdo a sus aportes al partido de Olavarría, era en síntesis, el sentir de aquellos vecinos que impulsaron y apoyaron el proyecto de secesión.

Diputado Mateo Castro

Mateo Casco

Pero quien era el diputado Casco se preguntarían los olavarrienses, que no siendo nativo ni habitante en el partido de Olavarría, y que además se desempeñaba como legislador por otro partido de la Provincia en la Cámara de Diputados, se había interesado en el proyecto.
Seguramente desconocían, que Mateo Casco era un experimentado legislador en presentar este tipo de proyectos, había sido el autor de los proyectos de ley por los cuales se crearon dos partidos en la provincia, y otro por el cual se modificaron los límites. Motivo por el cual, creemos, había sido elegido por el senador Lasalle para que presentara el proyecto de ley.
Mateo Casco había nacido el 2 de diciembre de 1861, en el pueblo de Capilla del Señor, Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires, hijo de Zenón Casco y Margarita Cano.
De muy joven se interesó por la política. Su primer puesto en la administración pública fue como Secretario Municipal en 1884. Luego de actuar en varios partidos políticos, fue un referente del Partido Conservador. Se desempeñó como Juez de Paz, Presidente del H. Concejo Deliberante, y más tarde electo Intendente Municipal. En 1901 fue elegido diputado provincial, cargo éste que ocupó en sucesivos períodos. Como diputado provincial fue autor de los proyectos de ley por los cuales se crearon los partidos de Caseros y Gral. Madariaga, y otro por medio del cual se modificó la demarcación de límites con el partido de Campana. Falleció en la ciudad de Buenos Aires, el 17 de agosto de 1924. Una calle de Capilla del Señor lleva su nombre. (2)
De aprobarse el proyecto presentado por el diputado Mateo S. Casco y el senador Lorenzo Lasalle en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, Hinojo se convertiría entonces en el Partido de Manuel Quintana. Nombre impuesto en homenaje al recientemente fallecido presidente de la República Argentina.
 
Presidente Manuel Quintana

Manuel Quintana

Manuel Pedro Quintana, hijo de Eladio de la Quintana y Uzin, y María Manuela Bernardina Sáenz de Gaona y Álzaga, nació en Buenos Aires el 19 de octubre de 1835. El 14 de diciembre de 1861, contrajo matrimonio con María del Carmen Susana Rodríguez Viana.
Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1855.
Desde muy joven se dedicó a la política. En 1860, fue elegido diputado de la legislatura de la Provincia de Buenos Aires.
En 1864, es elegido diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, y presenta un proyecto de ley para designar a la Ciudad de Rosario como capital de la Argentina, el cual sería aprobado pero vetado por el Poder Ejecutivo. En 1870, es elegido senador nacional. En 1871, durante la presidencia de Sarmiento, es elegido para negociar el tratado de paz que puso fin a la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
En 1873, Manuel Quintana se presenta como candidato en las elecciones presidenciales para suceder a Sarmiento a partir de 1874, pero pierde con Nicolás Avellaneda. En el año 1877, ocupa el rectorado de la Universidad de Buenos Aires hasta el año 1881 en que termina su mandato.
En 1876 se produce el conflicto entre el Banco de Londres y Río de la Plata, de capitales ingleses, y el Banco de Santa Fe, creando esta situación un incidente diplomático entre Inglaterra y Argentina.
Manuel Quintana, que en su carácter de abogado era por aquel entonces el consejero legal del Banco de Londres, participa de una reunión para tratar el conflicto junto con el representante de la Legación Británica St. John y el ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina, Bernardo de Yrigoyen, que se realizó el 24 de junio de 1876. Durante esa conversación, Quintana tuvo un desafortunado comentario al expresar que la cañonera británica Beacon, fondeada en el Rio de la Plata, se dirigía al puerto de Rosario, expresión que el ministro Yrigoyen consideró intimidatorio porque lesionaba la soberanía de nuestro país. Y que el historiador Alberto González Arzac califica en un libro como el papelón de Manuel Quintana. (3).
​Luego Quintana renuncia a su banca y se radicó por dos años en Europa. A su regreso al país se dedicó a la actividad privada como abogado.
En la presidencia de Luis Sáenz Peña (1892-1895) se desempeñó en dos periodos como Ministro del Interior,. Al estallar la Revolución Radical de 1893, propuso bombardear la ciudad de Rosario si las tropas que respondían a Leandro Alem no se rendían. Finalmente eso no sucedió, Alem fue detenido y Quintana, raíz de esta situación, luego de una muy dura interpelación en el Congreso Nacional debió renunciar a su cargo.
El 12 de octubre de 1904, asume Manuel Quintana como presidente y José Figueroa Alcorta como vice.
Durante su gestión como presidente, merecen destacarse la creación de la Universidad Nacional de La Plata, la reglamentación del ejercicio de las profesiones liberales, la sanción de la ley de descanso dominical, propuesta por el diputado Alfredo Palacios y la Ley Lainez de creación de escuelas elementales en las provincias.
​En 1905, se produce la revolución llevada a cabo por el radicalismo, este conflicto agravó su salud. Como consecuencia, redujo al mínimo su jornada laboral, lo que complicó su gestión de gobierno. El 11 de agosto de 1905, Quintana sufrió un atentado contra su vida por parte del anarquista catalán Salvador Planas, quien disparó contra el carruaje que lo transportaba hacia la Casa Rosada, saliendo ileso del atentado por una falla en el revólver del atacante.
La salud de Quintana continuó empeorando, por lo que el vicepresidente Figueroa Alcorta se hizo cargo permanentemente de la presidencia el 25 de enero de 1906 ; Quintana se retiró a una finca en el actual barrio de Belgrano, donde murió el 12 de marzo de 1906.

Senador Lorenzo Lasalle
Había nacido el 27 de julio de 1856, en San Fernando, Provincia de Buenos Aires. Sus padres eran Juan Lassalle, natural de Francia, y Juana Goyeneche de igual nacionalidad. El 4 de agosto de 1883, Lorenzo contrae matrimonio con Matilde Devoto, natural de Italia. En el acta de matrimonio, Lorenzo declara que su profesión era la de tenedor de libros. De la unión matrimonial con Matilde nacen: Matilde Angélica, Elvira Lorenza, Isolina Julia, Juana Teresa, Ana María, Enrique A., Sara E. y Alberto Lorenzo.
En 1885, instala enfrente de la estación del ferrocarril de Hinojo un almacén de ramos generales, con el nombre de El Moderno; negocio que después continuarían por un tiempo sus sucesores en un edificio que todavía hoy se mantiene en pie. Donde,  años después de pertenecer a los sucesores de Lasalle, instaló su comercio de ramos generales Pascual Sgrilletti, con el nombre de La Mariscana. 


El 30 de noviembre de 1890, ingresa a la Corporación Municipal de Olavarría como municipal suplente, cargo que ocupa hasta el 30/10/1891. El 30 de octubre de 1904, fue elegido convencional por la sexta sección, para integrar la Convención Constituyente que debía reformar la Constitución de la Provincia de 1889, que la Corte Suprema de la Provincia después declarara inconstitucional.
La residencia familiar de los Lassalle, conocida como el chalet La Matilde, nombre de su esposa y primera de sus hijas. Por gestiones de la Sociedad de Fomento de Hinojo, el 3 de abril de 1946 se le adquirió la propiedad a Isolina Lassalle para convertirla dos años más tarde en el Hospital de Hinojo.
En abril de 1900, es electo senador por la sexta sección electoral representando al partido político Unión Cívica Nacional, un partido político fundado en 1891 bajo el liderazgo de Bartolomé Mitre, como producto del cisma de la Unión Cívica. Antes de finalizar su mandato sería reelegido senador.
Una calle de Hinojo lleva su nombre.

Residencia familiar de los Lassalle y edificio donde estaba su comercio

Olavarría se pone de pie

Ambos legisladores son influyentes y la pavura gana a Olavarría cuando llegan a Olavarría noticias que el proyecto había sido aprobado en comisión. Se promocionaba la idea como el “partido del porvenir”. “Olavarría se pone de pie contra este descabellado proyecto”, dice el diario El Popular el 5 de agosto de 1906.
Este mismo día, a las 7 de la noche terminó la reunión de vecinos celebrada para luchar en contra del proyecto.
Se nombró una comisión para que se encargara de dirigir los trabajos en contra del proyecto presentado, compuesta por Ramón A. Rendón, Pablo Fassina, Emilio J. Jerez, Bernardo Lacanal, Silvio Perí, Julio Coronado y veintiún vocales más.
Se designaron diversas subcomisiones para recoger firmas y enviarlas a la legislatura como protesta de Olavarría contra el inconsulto proyecto.
Se resolvió también el nombramiento de los señores Ramón Á. Rendón, Isaías Mendiburu, Adolfo Errecart, José E. Grigera y Emilio J. Jerez, en comisión para redactar la petición a la legislatura, a fin de que desestime el proyecto y para ir en dele­gación a La Plata a hacer entrega de ella.
Mientras tanto en Hinojo, para las 13 horas del día 5 de agosto, se citaba a la población a una reunión que se realizaría en el Hotel Zorrilla, para proclamar una comisión que se encargaría de defender el proyecto de secesión.
Allí se forma la comisión Pro-Partido Manuel Quintana, siendo elegidos presidentes honorarios, los senadores Lorenzo Lassalle, J. M. Gutiérrez, el diputado Mateo S. Casto y los señores Urbano Domecq, Eugenio Piaggio, Juan A. Gregorini, Alfonso Aust, Dr. Juan B. Gregorini.
Y como presidente de la comisión: Nicanor Pardehilan; vice, Eloy B. Correa; tesorero, Miguel Bonserio; secretarios: J. F. Balbi y José P. Frontini; vocales: Urbano Domecq y Bordes, An­drés A. Cattaneo, José M. Alcorta, Es­teban Piaggio, José Crosta, Francisco Presa, Manuel Díaz, Ángel Bardi, Gabino Diorio, Fernando Baena, Máximo Muller, Grasioso Piatti, Nicolás A. Colella, Ramón P. Alcorta y Jorge Geist.
El 18 de agosto partieron para la ciudad de La Plata el intendente municipal, el presidente del concejo deliberante Ramón A. Rendón y Ber­nardo Prebendé, quienes se reunieron con Narciso Laclaud y Eduardo Zimmermann, en representación del partido de Olavarría para entregar al gobernador y al presidente de la Cámara de Diputados la protesta formulada contra el proyecto que crea el nuevo partido Manuel Quintana

La prensa escrita de Azul también se ocupaba del tema.
El 9 de agosto de 1906, El periódico el Imparcial de Azul publicaba:
En breve la legislatura provincial discutirá el proyecto de formación de un nuevo partido con tierras quitadas a los del Azul, Olavarría y Juárez y que tendría por cabeceras á Hinojo.
No conocemos los fundamentos del proyecto; pero, si es que los tiene, no podrían ser otros que la conveniencia de aliviar una zona administrativa re- cargada de trabajo e impulsar al propio tiempo el desarrollo de la comar­ca erigida en entidad política y ju­risdicción administrativa. Es lo mismo que se decía cuando el proyecto de la creación de un nuevo partido con asiento en Bahía Blanca, mediante la desmembración de la provincia de Buenos Aires y gobernación de la Pampa. Este proyecto fracasó, mu­riendo casi nonato, a pesar de los esfuerzos de su ilustre sostenedor el Dr. C. Pellegrini, cuyos argumentos se estrellaron con otros mis contundentes que les dieron piadosa sepultura. Lo mismo se dijo también cuando se pensaba crear, no ya en nuevo partido, sino otra provincia más, que, seguramente, al igual de algunas de sus hermanas, habría resultado un so­berbio clavo para la nación.
Para fundar estos proyectos descabellados, se aducen siempre las mismas razones. Es necesario— dicen nuestros legisladores—descentralizar el gobierno, repartir los cargos administra­tivos y propender al progreso de determinadas regiones, dotándolas del gobierno propio y autoridades que garanticen n los derechos de los pobladores.
Sin embargo, en el terreno de la práctica no se ve tal necesidad; se ve un gobierno esfumado hasta la disolución en virtud de un sistema que nos resulta una camisa de once varas; se ve una armazón gubernamental correspondiente al décuplo de nuestra población; se ve, en fin, un ejército de empleados diez veces suficiente y para atender los cargos y servicios públicos
Entonces puede existir abarrotamiento administrativo en ningún punto del país?
Sería bueno hacer a nuestros gober­nantes esta pregunta; ¿Se crean autoridades para atraer población o se las crea cuando ésta ya existe?
A nosotros nos parece un desatino crear gobiernos para gobernar desiertos. Aquí y en todas partes del mun­do el gobierno es consecuencia de la vida de relación y no ésta de aquel. Si no hay gente, no hay vida de re­lación ni de ninguna otra especie, co­mo no sea la vida animal de la natu­raleza. Las nuevas provincias, los nue­vos partidos, deben crearlos el avan­ce natural y no artificial de la población. Es cierto que las bayonetas y los delegados del gobierno nacional han arrebatado al salvaje millares de leguas; pero ¿se han poblado esas ex­tensiones? ¿Cuál es el área verdade­ra de la nacionalidad argentina habi­tada, civilizada y entregada al traba­jo?
¿Podemos desconocer, acaso, que en la provincia de Buenos Aires cabe diez veces la población de toda la república?
Estas circunstancias constituirán por muchísimos años todavía el obstáculo insalvable en que han de estrellarse los proyectos de la índole del que nos ocupa. Solamente por una anuencia equivocada del gobierno podrán prosperar, o también por las empresas de lucro privado en que suelen inmiscuirse nuestros hombres públicos.
El proyecto que nos ocupa, no corresponde, pues, a ninguna necesidad pública su única consecuencia será, permitir la correspondiente repartija de esto, una nueva carga para el contribuyente, ya bastante gravado en sus intereses
En respuesta a este artículo del periódico El Imparcial, sobre la creación de un nuevo partido, la comisión de Hinojo le envía una carta que el periódico hace pública, que dice así:
El presidente de la comisión que gestiona la creación del partido de Quintana, con el pueblo de Hinojo por capital, nos remite una ex­tensa carta que dice así:

Hinojo, agosto 10 de 1906. Señor director del Imparcial:

Muy estimado señor:
En sus últimos números emprende Vd. una campaña contra el nuevo partido a crearse, sin saber nosotros a qué móviles res­ponde.
Vemos en el número del 9 del co­rriente que al hablar de esto se pre­gunta si deseamos impulsar el adelanto de nuestro pueblo o si estamos ata­cados de la fiebre de la autonomía que, según Vd. impera en el país; pero que según nosotros, los pueblos que en el corriente año llevan pedida su autono­mía merecen eso y mucho más (Car­los Casares, Hinojo). No pedimos la autonomía por el lujo de tener autoridades, sino para que éstas, con una recaudación de impuestos regular, ha­gan algo en favor del ideal que per­seguimos, que es el adelanto material que corresponde a todo pueblo civili­zado.
Sostiene Vd. que para obtener lo que nos proponemos nosotros bastaría nombrar una comisión local. No lo crea, señor director; nada haríamos con ella, pues no teniendo dicha comisión am­plios poderes en la percepción de los impuestos, no vemos qué adelantos podría impulsar, a no ser que Vd. crea que los vecinos ayudarían pecuniaria­mente después de soportar toda clase le impuestos, lo que no creemos nos­otros.
Esperamos que un órgano tan ca­racterizado como es el que Vd. dirige, no se deje arrastrar por pasiones par­tidistas que imperan en todos los pue­blos, y que al perseguir un ideal lo contrarían.
Con este motivo tenemos el mayor gusto de saludarlo y subscribirnos aten­tos y S. S. La comisión directiva
En otra editorial, el periódico El Imparcial le responde a la comisión de Hinojo:
En primer término, este diario no ha abierto propiamente una campaña con­tra el proyecto de crear un nuevo par­tido con cabecera en Hinojo. Al anun­ciarse el proyecte, esta hoja dio su opinión con la franqueza y sinceridad que siempre la ha caracterizado. Dijo, sencillamente, que juzgaba más que inoportuno y sin razón de ser, contra­producente el proyecto en cuestión, porque tal era y es su convencimien­to; y al hablar así, no lo hacía refle­jando una opinión personal de su di­rector, como se afirma en la susodi­cha carta.
El Imparcial nunca ha hablado en primera persona, y en el presente caso, consecuente con su tradición de im­personalismo y rectitud, lo ha hecho inspirándose en intereses generales y, en último caso, en lo que cree justo y verdadero; Todas las razones que hemos aducido, tienen ese carác­ter y no podrán decir los vecinos de Hinojo, que hemos mariposeado y pre­tendido disimular con faramallas re­tóricas nuestra indigencia de funda­mentos.
Finalmente, tampoco El Imparcial ha desconocido el derecho que asiste al vecindario de Hinojo de aspirar a su engrandecimiento mediante ¡a for­mación de una junta administrativa! En realidad nosotros hemos disenti­do con el diputado autor del proyec­tó pero no con los vecinos de Hino­jo; porque, aunque éstos no lo vean así, la magnitud del referido proyecto supera en mucho a la causa que lo motiva. Esto equivale a decir que pa­ra impulsar el adelanto de Hinojo no es necesario crear un nuevo partido. Sentar semejante precedente sería, en realidad, oponer un obstáculo al pro­greso de los pueblos porque no sería posible realizar tales innovaciones po­líticas y administrativas para cada una de las villas argentinas.
No conocemos a ciencia cierta el estado administrativo de Hinojo. Dependiendo este pueblo de la munici­palidad de Olavarría, suponemos que abonará impuestos a dicha corpora­ción y que, encontrándose los servi­cios públicos abandonados a no existien­do absolutamente, procura establecer­los y sacar beneficio de una contribu­ción que nada le produce en la ac­tualidad.
En tal caso, correspondería obrar a la municipalidad de Olavarría, volviendo sobre sus pasos y retribu­yendo en servicios las rentas que per­cibe en Hinojo, o bien, nombrando en este pueblo una comisión que la re­presente, formada por vecinos de arrai­go en la localidad. Esta sería la co­misión de fomento a que nos refería­mos cuando nos ocupamos por prime­ra vez del proyecto. Debemos adver­tir que tal comisión de fomento no es un medio inventado por nosotros sino por los gobiernos dé las provin­cias de Santa Fe y Entre Ríos. En Santa Fe existen 300 colonias tan im­portantes como Hinojo y claro está que al gobierno no se le podía ocurrir pa­ra hacerlas adelantar erigirlas en asien­to de departamentos porque no habría bastado todo el territorio de la repúbli­ca para darles jurisdicción. Entonces se crearon las comisiones de fomento, que representan en cada localidad a la municipalidad del departamento a que pertenecen.

Aparecen comentarios del proyecto en los diarios La Nación y La Prensa de la Capital.
El proyecto de formación de un nuevo partido en la provincia, teniendo como ca­beza el pueblo de Hinojo, es materia de viva discusión.
Los de Olavarría creen que no es obra de buen gobierno la creación de dicho partido, al que niegan la capacidad necesaria para el efecto; a su vez los po­bladores de Hinojo se creen con derecho a la autonomía que pretenden, atribuyendo a sus vecinos móviles estrechos al oponer­se a la idea.
Sin pronunciarnos, por el momento, so­bre la cuestión, transcribimos los alegatos de ambas partes. Dicen los de Olavarría:
Las consideraciones aducidas por nues­tro pueblo sobre la falta de razón de inte­rés público que hagan factible la creación del nuevo partido Manuel Quintana, pare­cen haber inducido al autor del proyecto, diputado Casco, a retirarlo de la cámara de que forma parte.
Aun en caso de que, pro fórmula, lle­gara a hacerlo considerar, faltarían argu­mentos de convicción y de peso que lo hicie­ran viable, y que llevaran al seno de la le­gislatura la justa explicación de la nece­sidad y conveniencia del fin que se pro­pone.
La prensa local hace ver a la parte pensadora de Hinojo lo perjudicial que sería a sus intereses la creación del nuevo partido y que con ella éste no pasaría de ser más que una dependencia de Olava­rría y Azul, desde que limitaría con ambos pueblos.
Se observa asimismo lo inconstitucional de la idea, con la que se vendría a destruir la ley de creación del partido de Olavarría en su ejido de chacras.
La resistencia de este pueblo contra el proyecto es unánime, y no por el órgano de sus autoridades con fines estrechos y políticos, como se ha dicho. La banca, la industria, el comercio y todo lo que aquí representa labor y vida han unido su nom­bre a la protesta que se elevará dentro de pocos días a la legislatura, manifestando los fundamentos en que se basa la misma.
Por su parte, los vecinos de Hinojo de­fienden su causa en los siguientes tér­minos:
La argumentación con que se combate la creación del nuevo partido Manuel Quin­tana es absurda, llegando hasta tergiver­sar los hechos con el fin de demostrar a los que no conocen la extensión y topogra­fía de esta región, que tal proyecto es irrealizable.
Olavarría pierde, se dice, al crearse el nuevo partido, 50.000 $ de entrada, argu­mento egoísta, pero no fundado en razón, ni menos decisivo para que se desestimen las aspiraciones de este pueblo.
No es esto precisamente lo que más duele a Olavarría; los que se sienten heridos son los caudillos políticos de profe­sión que pierden con la autonomía de Hi­nojo todo su elemento electoral, una fuen­te de recursos poderosos para obtener sus triunfos.
Basta sólo observar las poblaciones y colonias que se agrupan en el nuevo partido proyectado para darse cuenta de la riqueza de esta región y de la necesidad que hay en darle su autonomía. A esta localidad importante y laboriosa hasta la fecha, las autoridades de Olavarría la han mantenido, a pesar de sus protestas, en el más completo abandono. Que digan, en efecto, qué han hecho en pro de Hinojo, Sierras Bayas, Sierra Chica, Colonias Ru­sas, San Miguel y Nieves, centros de los que el menos poblado cuenta con 600 habi­tantes, y en conjunto un total de 11.000 ha­bitantes.
Se ha dicho por la prensa de Olavarría que el proyecto de nuevo partido respondía, entre otros fines, al de consultar los inte­reses políticos y personales de D. Lorenzo Lasalle, lo cual es completamente gratuito; dicho señor ha tenido que enajenar la ma­yor parte de sus valiosas propiedades y actualmente el monto de sus intereses en ésta es bien reducido.
Si dicho señor tiene interés en este asunto, no es mayor que el que pueda abri­gar cualquier otro habitante de aquí.
Sin entrar en detalles sobre la riqueza de estos parajes, bastará este solo dato: que en el proyectado partido existen las canteras de donde se extrae y elabora la casi totalidad de la piedra y cal que se consume en esa capital y en el resto de la provincia. Publicado en el diario La Nación del 11 de agosto de 1906

Un periodista especialmente enviado por el diario La Nación, que visitó las localidades de Azul, Olavarría y el pueblo de Hinojo, nos cuenta sus impresiones sobre el proyecto de creación del partido de Manuel Quintana, nota que publica el periódico El Imparcial de Azul.
Las resistencias en Azul y Olavarría, titula el periódico El Imparcial de Azul una nota del enviado del diario La Nación de Buenos Aires.
Azul, septiembre 9 de 1906.

Señor director de La Nación: Cumpliendo instrucciones de dirección, me he preocupado durante mi permanencia en esta Ciudad y en la de Olavarría dos grandes centros de riqueza y de trabajo, en los que se advierte por igual la noble emulación del progreso, me he preocupado, repito, de recoger impresiones sobre este punto que los trae alarmados desde un tiempo a esta parte y respecto del cual antes de pronunciarse ha tratado La Nación de asesorarse.
Me refiero a la creación del nuevo partido Manuel Quintana, que se proyecta formar dándole como cabeza una cabeza microcéfala- tal pueblo de Hinojo-, y como cuerpo, perdóneseme el símil, á extensas zonas que hoy le pertenecen al Azul y Olavarría.
Hinojo, que también he visitado pa­ra fundar mi opinión imparcial, es una localidad en formación y aún no delineada, hallándose inmediato a Olavarría y a muy poca distancia de Azul. Por lo que he podido ver y ave­riguar, su comercio no ha alcanzado sino un desarrollo relativo y relativa es lógicamente su importancia. EL mo­vimiento de su estación ferroviaria es­tá circunscripto a las cargas de are­na, piedra y cal de las sierras veci­nas, y en escala reducida es punto de embarque de cereales.
Hallase dentro de la jurisdicción de Olavarría, es tributario de esta ciudad y mantiene asimismo vinculaciones con el Azul, no teniendo en nuestro concepto, en la actualidad, elementos bastantes para constituir un nuevo organismo administrativo.
Así lo sostienen y lo prueban los dos partidos que se trata de mutilar; para fundar el nuevo y que en estos momentos se agitan para evitar que la amputación se lleve a cabo, siendo de notar, como un detalle demostrativo de la justicia de su resistencia, que en esta campaña toman parte hacendados que poseen campos que lindan con Hinojo, entre ellos, Esteban Louge, poseedor de cuantiosos bienes. Los que prestigian la creación de un nuevo partido no aducen ningún fundamento serio. En cambio la palabra “favoritismo” está en los labios de todos aquellos que se oponen a la idea y tienen la creencia que no puede prosperar, salvo que haya, dicen, intereses personales muy poderosos que se antepongan a la justicia, a la lógica y a los principios de una buena administración. Por otra parte, y para demostrar que ni siquiera hay un propósito regional en el proyecto en cuestión, observan que este ha sido presentado por un diputado que no tiene vinculación alguna ni con Hinojo, ni con Olavarría, ni con Azul.
Aquí y en Olavarría la protesta se ha traducido no sólo en la propagan­da de los diarios locales sino en dos numerosas reuniones de vecinos caracterizados. hacendados unos, comerciantes o industriales o propietarios y ren­tistas otros, en las que por unanimidad se ha resuelto iniciar por medio de comisiones trabajos antes el P. E. y la legislatura para que no se insis­ta en el empeño de «inventar» un nuevo partido en menoscabo de dos ya constituidos, con vida propia super­abundante, con medios de riqueza in­calculables posibles de alcanzar ma­yor desarrollo, con un organismo or­denado que no es razonable desarti­cular sin herir intereses dignos de to­do respeto e introducir complicaciones en su funcionamiento.
Nosotros, dicen los pobladores del Azul y Olavarría, no nos oponemos por espíritu de egoísmo; nos subleva que se quiera quitarnos nuestros cam­pos más ricos para satisfacer aspira­ciones que no tienen el carácter po­pular de nuestra oposición: que se quiera dar vida a costa nuestra a un centro de formación aún embrionaria, que no se encuentra preparado para llenar las funciones económicas y po­líticas que su nueva condición le im­pondría y en donde todo habría que crearlo artificialmente desviando en una forma violenta el curso natural de las cosas.
Dado el espíritu reinante en esta ciudad y en la de Olavarría, no es aventurado augurar que la resistencia unánime y enérgica ya declarada a la formación del nuevo partido Ma­nuel Quintana, va a pesar en el áni­mo de la legislatura y del P. E. inclinando la balanza en favor de los que oponen la razón de un interés co­lectivo y prestigioso por su capacidad económica y social, contra las aspiraciones de una minoría, de un círculo que no ha fundado intergiversable y concluyentemente su pretensión.
Sólo, he querido dar una breve idea de los términos en que está planteada la cuestión, reservándome ocuparme con más detención, pues el debate ha de continuar.

Azul también se pone de pie

Gestiones del senador Mendiburu realizadas ante el Intendente Municipal. Manuel Aztiria y el Dr. Ángel Pintos en ese entonces diputado nacional, dan como resultado una fuerte movilización en Azul.
El 6 de septiembre de 1906, el Intendente Municipal Manuel Aztiria convocaba al vecindario a una reunión en el Palacio Municipal, para realizar un intercambio de ideas con la finalidad de oponerse a la sanción del proyecto.
La asamblea en el Palacio Municipal se llevó a cabo con gran asistencia de vecinos. En esa reunión se eligió una Comisión, para que se encargara de hacer todo lo que fuera necesario para impedir que el proyecto de ley presentado fuera aprobado.

La Comisión quedó constituida por los siguientes vecinos:
Presidente: Evaristo Giménez
Vicepresidente: Federico Urioste
Secretarios: Luis Anizán, Luis J. Vázquez, y Eduardo G. Darhanpé
Vocales: Manuel Aztiria, Luis Saint Germes, José M. Cier, Beltrán Arrieu, Luis E. Arrieu, Esteban Louge, Vicente B. Gauthier, L. Maffoni, J. Vicente Liceaga, Maximino López, Andrés D’Onofrio, Antonio E. Aztiria, Dr. Joaquín Cervera, Nicanor Zapiola, Félix Encepare, Juan B. Bioy, Francisco Dietrich, D. H. S. Maitland, Gustavo Duprat, Juan P. Torras, Bernardino Clerici, Emilio Vázquez, Bernardo Guiraut, Pedro Guiraut, Cecilio Vázquez, José M. Lier, y Eugenio Dupleix.

Se conformó también una comisión de propaganda integrada por:
Presidente: Vicente B. Gauthier
Vicepresidente: Tomás de la Torre
Secretarios: Esteban Louge (h) y Félix Etchepare

La Comisión acordó celebrar una gran reunión en el Teatro Español, el sábado 8 de septiembre a las 2 de la tarde, para exteriorizar en debida forma la voluntad del vecindario.

El Imparcial del día sábado 8 de septiembre exponía que:

"De acuerdo al trabajo que venían realizando las comisiones, el meeting que hoy se realizará en el Teatro Español, tendrá un éxito extraordinario y el local del teatro será un ámbito reducido para contener al vecindario que concurrirá a manifestarse contra la creación del nuevo partido Manuel Quintana. Habrá un listado de oradores para explicar los motivos de la protesta y luego se firmará un petitorio dirigido a la Legislatura para impedir la sanción de este proyecto."

En el mismo artículo se inserta una nota de la U.C.R, que critica el proyecto presentado en la Legislatura.

Azul, 8 de setiembre de 1906
La comisión provisoria del Partido Radical de esta ciudad, convencida de que el proyecto en cuestión tendiente a desmembrar el territorio de este partido y la formación de otro denominado Manuel Quintana es solo un acta de camarería política, con el fin de favorecer a determinados caudillos locales pertenecientes a la oligarquía imperante, y que no tendrá otro objeto que aumentar el engranaje político y las cargas del contribuyente sin reportar más beneficios que difundir la empleomanía que tan esplendidos resultados electorales proporciona a este gobierno indiferente a las verdaderas necesidades de los pueblos, invita a los correligionarios a concurrir a la asamblea que tendrá lugar en la ciudad hoy a las 2 de la tarde en el Teatro Español, adhiriéndonos así colectivamente al movimiento de protesta que como coro a tanto atropello se inicia en esta ciudad.
La reunión realizada en el Teatro Español, contó con la presencia de un numeroso público, donde hubo representantes del comercio, de la industria y de la ganadería, que luego de los discursos firmaron el petitorio que invocaba el derecho de Azul para oponerse a su desmembración; mencionando los perjuicios que ello significaba para el partido. Esta nota de petición quedó en el Teatro Español para que fuera firmada por quienes no pudieron concurrir al meeting.
En la edición siguiente, El Imparcial publicó un mapa demostrativo del despojo que sufrirían Azul y Olavarría de aprobarse el proyecto del diputado Casco, al cual se oponían férreamente los dos municipios; con un editorial que transcribimos:

Mapa del nuevo partido -Periódico- El Imparcial de Azul.


De aprobarse el proyecto de ley, el partido de Olavarría quedaría con una superficie de 650.153 hectáreas; Azul con 510.949 hectáreas; Tapalqué con 357.356 hectáreas; y el nuevo partido de Manuel Quintana con 331.682 hectáreas.

Editorial del Imparcial adjunto al mapa
El movimiento de oposición iniciado contra el proyecto del diputado Casco, que crea el nuevo partido Manuel Quintana, toma proporciones serias y decisivas, tanto en esta ciudad como en Olavarría.
Como es natural, la mayoría de los vecinos afincados, hacendados y comerciantes de ambos partidos, han desaprobado enérgicamente ese proyecto, que no solo no llena ninguna necesidad pública, sino que causará si se lleva a cabo no pocos trastornos de orden político y social, al paso que arrogaría perjuicios materiales gravísimos a los partidos desmembrados, con el consiguiente estancamiento de su progreso, hoy en pleno y magnífico desenvolvimiento.
En los numerosos artículos que El Imparcial ha dedicado a esta cuestión, que tiene sumamente alarmado a los vecindarios cuyos intereses afecta tan hondamente, hemos demostrado con pruebas concluyentes la inutilidad de la nueva subdivisión territorial. Nos limitaremos hoy, pues, a poner de relieve la importancia de los trabajos que se hacen contra ese proyecto y la calidad de las personas que le han dado con su firma, su voto en contra.
En Olavarría la oposición al proyecto de Casco es formidable, como ha tenido ocasión de comprobarlo uno de nuestros redactores que se trasladó a dicho pueblo con ese objeto, acompañado de otros periodistas.
En el vecino pueblo se dice sencillamente que se trata de ultimar con la aprobación del referido proyecto un negocio político, y en manera alguna subvenir a una necesidad política. Positivamente es así: se trata de un propósito de ubicación política, y de nada más.
Con la creación del nuevo partido, Olavarría sufriría una pérdida enorme, que no se repondría en cincuenta años. Y ahora Olavarría adelanta rápidamente en todo sentido: su edificación progresa por modo admirable; existe el proyecto de continuar las obras de pavimentación; establecer el alumbrado eléctrico; dotar al hospital de casa propia; construir el mercado, etc.
No es este momento más propicio de desmembrar el partido, arrebatándole de un plumazo una de sus mejores zonas para favorecer el caserío de Hinojo.
Lo mismo puede decirse de Azul, con la circunstancia agravada de que a este partido se le toman ciento cincuenta mil hectáreas mejores de campo flor, donde están implantadas treinta o cuarenta establecimientos ganaderos de primer orden. ¡Un verdadero malón, en suma!
Todo esto, que está en la conciencia pública, sin excluir a los vecinos de Hinojo, ha hecho que la solicitud a la cámara de diputados, votada en el meeting del sábado, esté cubierta con más de 1.500 firmas, entre las que se ven hacendados y comerciantes más fuertes del partido y la de gran número de personas de alta significación política y social. Publicamos el plano del nuevo partido, como nota gráfica, para ilustrar estas líneas haciendo votos porque los señores diputados lo manden sin muchos trámites al tacho.

En la Legislatura Provincial
El 26 de octubre de 1906, en el libro de secciones de la legislatura de la Provincia, se publica la aprobación en general del proyecto de ley de creación del Partido Manuel Quintana.

PROYECTO DE LEY

Artículo 1º -Créase un nuevo Partido de campaña que se denominará Manuel Quintana, y comprenderá una superficie total de 331.682 hectáreas, que se tomará de los partidos de Olavarría 121.237 hectáreas; Azul 150.551 hectáreas y Tapalqué 59.844 hectáreas.
Artículo 2º- Se detalla los lindes del nuevo Partido con los propietarios de los otros tres partidos, indicando los nombres de cada uno de ellos y datos de las propiedades (que omitimos transcribir).
Artículo 3 º-Declárase cabeza de Partido Manuel Quintana el pueblo formado en la Estación Hinojo de la línea del ferrocarril Sud, debiendo llevar en adelante este pueblo el nombre del Partido.
Artículo 4- El Partido de Manuel Quintana formará parte de la 5º Sección Electoral y del Departamento Judicial de la Capital.
Artículo 5º-Comuniquesè, etc.

Dios guarde a V. H

M. Pinedo Oliver-Cesar M. Vela –Máximo Machado
En disidencia: Mariano Maldonado-F. Esperanza.

Se vota en general y el proyecto de aprueba.

El 30 de octubre de 1906, el periódico El Imparcial, en su columna habitual Ecos del Día, titulaba El Nuevo Partido. Donde, desde un análisis optimista para los intereses de Azul decía, que finalmente el proyecto del nuevo Partido Manuel Quintana no saldría aprobado.
Puede considerarse aplazada la dis­cusión del proyecto del partido Manuel Quintana.
La cámara lo ha aprobado en gene­ral; pero aún debe discutirlo en parti­cular y pasar luego en revisión al se­nado, más esta cámara clausura ya su período de sesiones y como no habrá prórroga, no lo tratará, con lo cual la ilusión queda postergada hasta el año entrante.
A nuestro juicio este aplazamiento importa el desahucio del proyecto, cuya aprobación en general por la cámara joven no ha tenido más que dar un poquito de soga al ballenato hinojense, el cual concluirá cansándose de arrastrar la cuerda.
Por otra parte, aún en la hipótesis de que el senado se ocupase del asun­to, es seguro que lo rechazaría, porque así como se conocía de antemano que la cámara lo había de aprobar, se sabe también que el senado le es adverso desde el primer momento, así se ha asegurado constatándose después que existe en efecto una mayoría por el rechazo.
Pero, sea lo que fuese, la predisposición adversa de la legislatura, está manifiesta, desde el momento que no ha sido posible unificar las opiniones o al menos formar una mayoría favorable. Bastará conocer un poquito los procedimientos gubernativos de esta tierra para ver que tal disparidad de ideas entraña el peor obstáculo con que podría haber tropezado el proyecto. Todos sabemos que aquí los más graves asuntos públicos son despachados por votaciones unánimes y a ve­ces a libro cerrado. Mala señal es, por lo tanto, que se haya roto con esa tradi­ción o práctica inveterada de proce­der todos una y sobre el tambor'.
Sí este proyecto hubiese sido uno de los que más tardan en entrar que en salir de legislatura convertidos en ley, la cámara lo habría aprobado enseguida, pasando inmediatamente al senado, que habría hecho otro tanto en un abrir y cerrar de ojos, ya hubiese sonado la hora de la mutilación territorial en que se funda la reforma. No ha sucedido así y lo repetimos debe ser grave la causa que ha quebrado por un momento la costumbre parlamentaria de expedirse sin más ni más. Vaya nos felicitamos, y más que por nosotros, por los legisladores que han repudiado la forma curiosa de hacer patria de algunos legisladores.
En una edición del 27 de Octubre de 1906, el mismo periódico contaba que caracterizado vecino de Hinojo le dirigió una misiva a un convecino de Azul, informándole que el nuevo proyecto para la creación del partido de Manuel Quintana, “ha caído en silencio en la capital de la provincia, pudiendo asegurarse que ya no será tratado en el período de sesiones del presente año”.
El 21 de Enero de 1907, el senado de la Provincia rechaza la inclusión del proyecto de creación del partido de Manuel Quintana, en la sesión de prórroga.

En su editorial del 4 de abril de 1907, “El Popular” exponía:

Ha tiempo que el núcleo de la población que forma el vecindario de Hinojo, ha exteriorizado el anhelo de que se le dote de ciertos servicios públicos municipales que cree imprescindibles para su progreso y desarrollo. La luz, algunas medidas de higiene, ordenanzas sobre edificación y cercos y la compostura de algunas de sus calles serían según nuestro modo de ver, lo que allí resolvería el problema de las exigencias actuales. Hasta hoy-agrega el editorial-Hinojo no ha pagado otros impuestos que el de las patentes y es claro que la municipalidad no haya creído dotarla de otros beneficios edilicios, para los que no había creado el impuesto respectivo. Basado en lo poco numeroso de aquel vecindario y en que ninguna ocasión le había sido solicitada la incorporación de obras de la naturaleza de las citadas. Hoy ya no resulta así. Vecinos de arraigo y amantes del progreso del vecino pueblo señalan la conveniencia de que se le dé a Hinojo cierta participación de los servicios y mejoras que son necesarias a su desarrollo creándose los tributos respectivos. Nada más justo, entonces, que atender estas solicitudes (….). A nuestro modo de ver, el anhelo de aquel vecindario podría ser colmado fácilmente y sin mayores contratiempos. Bastara para eso que la comuna olavarriense nombrara una delegación municipal de tres o más vecinos de aquel punto elegidos entre aquellos que revelaran honestidad y actividad para el cargo, para que formularan de común acuerdo el número de servicios que consideren imprescindibles. La Municipalidad, entonces, tendría que iniciar la ordenanza respectiva para aquella concreción. No faltan personas experimentadas en Hinojo que aceptarían la designación. La administración comunal haría pues una obra de deber y equidad si atiende esos anhelos y los satisface. El nombramiento de una delegación de vecinos “ad honoren” facilitaría la tarea de nuestros ediles, pues vendrían a colaborar en la obra administraba que a ellos les concierne en su alta expresión y responsabilidad.

El 11 de abril de 1907, con el título de Hinojo Autónomo: Proyecto que persiste, El Popular publicaba:

Creíamos olvidado y enterrado el proyecto del diputado Casco, que crea la estación de Hinojo cabecera de un nuevo Partido.
Los argumentos que su autor hace valer para dar asidero a la idea, son los mismos de antes. Se dice que Hinojo contribuye con impuestos a las arcas municipales con una suma que fluctúa alrededor de 50 mil pesos.
No entraremos a analizar sobre si el monto que se le atribuye es exacto o no. Pero es el caso de afirmar que para abultar esa cifra se han tomado puntos excéntricos de Hinojo (…) De esta manera, incorporando canteras, establecimientos, núcleos de población y otras riquezas rurales al nuevo Partido, se explica sin mayores argumentaciones que pudiera ser rico y hasta próspero. ¿Pero qué resultaría? Que se habría vestido un santo con lo que se le habría quitado a otro. Se habría despojado a Olavarría y al Azul de sus interese para dárselos a Hinojo, para así satisfacer los proyectos descabellados de un diputado que, entre las diversas críticas y acusaciones que se le hacen, y con toda justicia, están la de no conocer la población e intereses que patrocina y el haber modificado en distintas ocasiones su primitivo proyecto, ora dándoles más o menos amplitud, ora quitándosela, lo que importa declarar que el diputado Casco no sabe lo que se pesca ni lo que tiene entre manos. Ha apechugado con el proyecto obedeciendo a impresiones o compromisos ajenos, en el afán de ligar su nombre a una obra que ha merecido acerbas censuras, desde que la misma no está impuesta a necesidades públicas. Con el mismo criterio que los señores Lassalle y Casco encaran la creación de un nuevo Partido, podrían hacerlo las estaciones intermedias Pourtalé, Muñoz y hasta el Pueblo Nuevo, arroyo Tapalqué de por medio.
La base podría ser la misma que tan arbitrariamente han tomado los proyectistas aludidos, delinear un perímetro de tantas leguas comprendiendo los puntos de más riquezas y así se podría dar vida a cuerpos letales y anémicos.
Volvemos a repetir, el proyecto que se ha vuelto a poner sobre el tapete, sobre ser perjudicial, viene siendo resistido por los pobladores de las mismas tierras que comprende.
El senador Mendiburu que, obedeciendo a un sentimiento de cariño y en defensa de Olavarría está contra el proyecto, ha de combatirlo en las cámaras con amplios fundamentos.
El 19 de mayo de 1907, el periódico El Popular traía en una de sus páginas la siguiente noticia de Hinojo.
De Hinojo: Aquí es creencia general de que la legislatura de la provincia convertirá en ley el proyecto del diputado Casco, creando a este pueblo cabecera del partido Manuel Quintana.
Las seguridades de algunos vecinos son tantas que se da el caso de que nadie quiere vender terrenos a ningún precio, pues piensan -aunque no se sabe con qué fundamento -redondear un negocio más tarde.
Se cuenta que don Ángel Bardi pretende por tierras de ínfimo valor, $ 4 a $4,50 la vara cuadrada, y aún supone hacer una mala transacción en ese precio.
El 25 de julio de 1907, el periódico El Popular hacía pública la noticia de que la Cámara de Diputados de la Provincia, después de reñido debate, acaba de aprobar en general y en particular el proyecto de ley que crea el Partido Manuel Quintana. Provocando esta noticia una gran conmoción en el pueblo olavarriense.
En la nota editorial hace un llamamiento a todos los sectores de la población para que colaboraran con las gestiones llevadas a cabo por el senador Mendiburu. Pedía que volviera a la carga la comisión especial para evitar “la extravagancia de quitar a Olavarría las fuentes de riqueza enclavadas en su mismo ejido, para dar vida a la nueva unidad que se pretende crear, por obra y gracia del senador Lassalle y condescendencia extrema hacia su amigo Casco autor del proyecto”
En agosto de 1907, se comenzó a editar en Hinojo el periódico La Voz de Quintana, con el objetivo de informar y defender desde sus páginas el proyecto. Fundado por Eloy Correa, con la dirección de R. I. Sendra, salía los jueves y domingos.
En uno de sus primeros números publicaba un mensaje al gobernador de la Provincia y la lista de los miembros de la comisión Pro-Partido Manuel Quintana, la misma publicación la repetiría en los siguientes números.
Al Sr. Gobernador de la Provincia de Bue­nos Aires Don Igna­cio Irigoyen

LA VOZ DE QUINTANA, al emprender su ruta de aspiración libertaria, compe­netrada de la nobleza que encierran los deseos del laborioso y culto pueblo de Hinojo y llevando por norma los dere­chos que la constitución acuerda a los habitantes de la Provincia, se transpor­ta ante el Señor Gobernador, Don Ignacio D. Irigoyen y expone:

1º-Que este vecindario, por vocación unánime anhela y solicita interponga su autoridad a fin de que se declare independiente del tutelaje Olavarriense.
2º- Que al declararse cabeza de par­tido el actual pueblo de Hinojo, se le denomine Manuel Quintana, como me­recida ofrenda a la memoria del malogra­do estadista argentino.
3º—Que esta localidad cuenta con verdaderas fuentes de riqueza, en sus ramas ganaderil, agrícola y comercial, que día a día se acrecientan dándole una importancia manifiesta, propia para el sostenimiento de su emancipación.
4º-Y último, que este adelanto para la Provincia de la cual rige sus desti­nos, será recordado como una era pro­gresiva; con cariño y gratitud, por sus dignos gobernados.

Hasta tanto no se sancione el proyec­to elevado a la Legislatura por el Dipu­tado Casco, pasado a estudio de la co­misión del Senado, quedarán impresas estas líneas con carácter permanente.

Comisión Pro-Partido Manuel Quintana

Presidentes honorarios
Senadores: Lorenzo Lassalle, J. M. Gutiérrez; Diputado: Mateo S. Casto; Señores: Urbano Domecq, Eugenio Piaggio, Juan A. Gregorini, Alfonso Aust, Dr. Juan B. Gregorini.

Presidente efectivo: Nicanor Pardehillian; vice, Eloy B. Correa; tesorero, Miguel Bonserio; secretarios: J. F. Balbi. José P. Frontini vocales: Urbano Domecq y Bordes, An­drés A. Cattaneo, José M. Alcorta, Es­teban Piaggio, José Crosta, Francisco Presa, Manuel Díaz, Ángel Bardi, Gabino Diorio, Fernando Baena, Máximo Muller, Grasioso Piatti, Nicolás A Colella, Ramón P. Alcorta y Jorge Geist.


La Voz de Quintana- Gentileza de Hemeroteca Juan Oyhanarte de Azul.

El 15 de setiembre de 1907, se anuncia que el gobernador de la Provincia Ignacio Darío Irigoyen viajará por tren a Bahía Blanca y se sabe que al regresar visitaría Sierra Chica. En Olavarría e Hinojo se crea una gran expectativa, pues se esperaba que el gobernador les hiciera una visita.
El 20 de setiembre llega a Sierra Chica. El senador Lassalle lo espera con una banda de música y lo colma de atenciones, logrando que el gobernador se traslade hasta Hinojo. Allí le expusieron los argumentos que el pueblo tenía en defensa del proyecto presentado.
En la misma nota, el diario El Popular fustiga duramente al senador Lassalle, que siendo municipal nunca se acordó de pedir o proyectar algo para Hinojo y ahora acusa.
Al finalizar el año 1907 nada se había resuelto respecto al proyecto, por lo que habría que esperar al año siguiente para saber el desenlace, expresaba El Popular
En la sesión del 29 de Octubre de 1908, la Cámara de Senadores aceptó la convocatoria del P.E. solicitando que se traten en las actuales sesiones extraordinarias, entre otros proyectos, el referido al nuevo partido.

Finalmente Hinojo no se transforma en partido

El 26 de septiembre de 1909, el periódico El Popular informaba que el Senado provincial había rechazado el proyecto del nuevo partido por haber caducado, al no ser tratado dentro de los plazos establecidos. Con un comentario del corresponsal de El Popular en Hinojo, que decía:
“Ha causado mal efecto entre los partidarios del distrito Manuel Quintana el rechazo en el senado, por haber caducado, y dentro del cual debió haber sido tratado”

Con la caída del proyecto en la Cámara de Senadores, se puso fin a tres años de gran incertidumbre para los vecinos de los tres partidos involucrados, y el propósito de secesión fue cayendo en el olvido hasta 1914, que el proyecto de crear un nuevo partido se volvió a presentar en la Cámara de Diputados. El periódico El Popular, el 10 de mayo de 1914, nos informaba sobre esta nueva presentación, lo siguiente: "El diputado Castro presentó un proyecto (otra vez) de crear el Partido Manuel Quintana, que comprende 360.000 hectáreas que serán restadas de los partidos de Olavarría, Azul y Tapalqué en proporción equitativa. El intendente Condè ha resuelto convocar a una reunión de vecinos para el día 11, para constituir una Comisión de Resistencia".

Días después El Popular comentaba: “Es considerado desfavorablemente, dentro y fuera del Partido, el proyecto del diputado Castro (…) Por lo que se sabe, bajo el remanido pretexto de defender razones de orden político, lo que se busca es crear un organismo para dar ubicación al ex senador Lasalle, única persona interesada en la nueva administración. Resalta más este interés individual teniendo en cuenta que el diputado Castro no solo es desconocido en Hinojo, sino que ni siquiera pertenece a la sección electoral, con el agravante que el proyecto se presenta sin consultar al pueblo de Hinojo y sin que haya habido ningún movimiento popular en tal sentido, siendo esa población la primera sorprendida de la intentona que se urde a su sombra, con fines ajenos a sus necesidades y conveniencias.” Los diarios La Nueva Provincia, La Razón y La Prensa dan también testimonios de oposición a la presentación del proyecto. El 20 de mayo se informaba que en Hinojo, un grupo de vecinos había suscripto una colecta de $ 20.000,00 m/n, para que el proyecto del diputado Casto prosperase.

El intendente de Azul felicitaba al intendente de Olavarría, “por la varonil y digna actitud que han adoptado para defender la integridad del Partido y le informaba que los azuleños lo acompañaran en la campaña”, comunicaba El Popular el 22 de mayo.

La Comisión de Resistencia al nuevo proyecto estaba integrada, por Condè, el Dr. Almada, Armando Collinet y Pablo Fassina, y tenían por misión ir a La Plata y Azul para esclarecer el caso.

El 27 de mayo, con el título de Todos contra el proyecto, el editorial de El Popular expresaba: “Si hace años un solo hombre (Isaías Mendiburu) lo hizo fracasar, hoy con más razón porque al mejoramiento de la cultura pública va aparejada un mayor aciertos de los actos de los poderes públicos”. , y citaba notas contrarias al proyecto por parte de los diarios La Nación, La Gaceta de Buenos Aires y el Pregón, de Azul

El 10 de junio de 1914, se presentaba en La Plata la Comisión de Protesta, integrada por Condè, Rafael Muñoz, Dr. Ángel Pintos, Ignacio Guarrochena y Narciso Laclau. Recibida por el gobernador Ugarte, le hicieron entrega de un fundado alegato en contra del proyecto. “El gobernador les manifestó que nuevos partidos solo se justifican en grandes latifundios, y agregó que solo apoyaba los proyectos que contaran con la aprobación de los organismos administrativos a quienes afectara la desmembración.” La Comisión se retiró satisfecha y con la convicción de que el nuevo proyecto no iba a prosperar, publicaba El Popular.

El 24 de junio, también la Comisión Pro Partido Manuel Quintana, integrada por Juan Gregorini, Alejandro Aust, Pedro Iriarte, José Crosta, Ángel Bardi Nicolás Colla, se reunió con el gobernador Ugarte, para expresarle su apoyo al proyecto del nuevo partido.

Finalmente el proyecto no prosperó. Olavarría mantendría su integridad territorial, y con el correr de los años se iría transformando en el más importante partido del centro de la Provincia de Buenos Aires, por su desarrollo industrial, comercial y agropecuario.
Por otra parte, las necesidades públicas de los vecinos de Hinojo que tanto reclamaban, comenzarían a ser atendidas y poco a poco satisfechas por la Municipalidad de Olavarría a partir de 1910, con la creación de la Delegación Municipal en Hinojo. El 16 de abril de 1910, se nombra delegado municipal a Eloy Correa, y el 25 de abril del mismo año se nombra una comisión asesora municipal, formada por Amadeo Catttaneo, Nicanor Pardehilan y José Crosta.

Notas
(1)-Anuario de 1929- Diario El Popular de Olavarría- Reseña de Hinojo
(2)-Mateo S. Casco (exaltaciondelacruz.gov.ar)
(3)-El Papelón de Manuel Quintana. A. González Arzac. Página 56.

Fuentes consultadas
Anuario del Diario El Popular de 1929.
Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados de la provincia de Bs. As. Año 1906
Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la provincia de Bs. As. Año 1900
Diario El Imparcial de Azul
Diario El Popular de Olavarría.
Diario La Nación de Buenos Aires
González Arzac, Alberto. El Papelón de Manuel Quintana. Editorial Korrigan Buenos Aires-1974
Hemeroteca Juan Miguel Oyhanarte de Azul 
Ramón y Guillermo Diorio- 100 años de Hinojo- 1987 Impresora Pareja.