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lunes, 29 de junio de 2020


La Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, la Farmacia Social y el Panteón Social  
                                                               Autor: Cr. Adolfo Hipólito Santa María

El 11 de septiembre de 1918, el diario El Popular de Olavarría,  por aquel entonces dirigido por  Juan Baldana, publicaba con el título de Sociedad de Socorros Mutuos Argentina, el siguiente artículo:
El seguro y el socorro mutuo, dentro de las complejidades de la vida moderna, han llegado a ocupar un señalado lugar, convirtiéndose en una de las cosas más necesarias para el hombre. El mismo adelanto de las naciones, el mismo desarrollo del progreso, han hecho en este sentido se evolucione ampliamente, buscándose la forma de coadyuvar a la solución del porvenir de las familias, por medio del desenvol­vimiento de este capítulo de las actividades. Dentro de este orden de ideas, creemos factible la constitución de una sociedad de socorros mutuos argentina, análoga a las que tienen las colectividades española, francesa e italiana, todas ellas florecientes y prósperas, cuya características es ofrecer, por una modesta cuota mensual, farmacia y asistencia médica completa durante la enfermedad del asociado, además de una subvención diaria al enfermo durante el tiempo que estuviese incapacitado para el trabajo.
Insinuado el pensamiento de la iniciativa, El Popular la llevará a la práctica, siempre que encuentre ambiente y personas dispues­tas a secundarlo en las tareas preliminares”


Juan Baldana
                                                               

La publicación tuvo una gran repercusión,  y el 15 de setiembre de 1918  en el mismo diario,   se publicaría una carta de adhesión  a la solicitada,  señalando que la sociedad debería tener un sentido más amplio,  permitiendo el ingreso de socios de distintas nacionalidades, y daba a  publicidad la siguiente  carta del vecino  Víctor Mieri, dirigida al director.
  
Ciudadano Director de EL POPULAR - Olavarría
 De mi estima; Me adhiero a la importante iniciativa de fundar en la localidad una sociedad de Socorros Mutuos Argentina. Muchas veces he reflexionado que en esta tierra el más desamparado es el criollo. Las demás colectividades se agrupan entre sí, se defienden y ayudan mutuamente, y en la mayoría de los casos con eficacia.
Enemigo de dividir a los hombres en ninguna forma, ni en grupos, ni en nacionalidades y hasta ni en razas, pedazo de suelo, soy partidario, al igual que nuestra carta, de que a base de argentinos se forme una sociedad cosmopolita, para que sus  beneficios puedan alcanzar a todos los que quieran acogerse.
Saludo a El Popular por su interesante iniciativa, Víctor Mieri. 
 En igual sentido se expresarían después  las siguientes personas;
Antonio Pelegrino, Manuel Guitarte, José M. Dale, Jaime Masich, Pedro Ruíz, Dionisio Rigada, Tomás Scola, Martín Mozotegui, Cipriano Pérez, Julio Alloggia, Glauco Azzi, Juan Mazzuchi, Augusto F. Hiese, M. R. Desancio, Zetindo Fioroni, Juan B. Winggler, José Amoroso, Amparo B. Castro, Pedro Heguilein, José Andreu, Lázaro Leiza, Héctor Gainza, Juan Minvielli, Guillermo Pelliccioni Triaca,  Vic- toriano Arroyo, Jorge Brown, Eduardo Couto, Carlos A. Lecot, José M. Montehermoso, Adrián Usabiaga, José Delfino, Esteban Iturri, Oscar Bo, Juan Crouzat, Vicente lturregui, Eduardo Mendía, Armando Collinet, Celestino Muñoz, José B. Aranda, Pedro Perrone, Atilio Sanucci, J. Barbeiro, Pedro Sica, R. G. González, Lino E, Villalba, Umberto Ciancio,  Fernando Igarza, Bencid y Benzaque, C. Larribitá, Francisco García, José M. Artero, Antonio B. Hernández, Manuel I. Otero, Dámaso Arce y Guzmán B. Piriz.
El diario poco después acotaba lo siguiente:
Este periódico no tiene ningún inconveniente en propiciar la fundación de una sociedad cosmopolita. Los fines que con ella se per­siguen concuerdan con su primitiva idea y la hacen aún más propia del espíritu nacional. Por lo tanto, hemos de ocuparnos de difundirla y explicarla con detenimiento en números sucesivos.
Con fecha 20 de setiembre de ese mismo año,   Dámaso Arce y Manuel de la Vega, en su carácter de presidente y secretario de la Sociedad Española de S. M, ofrecen el local de esta institución para llevar a cabo la reunión preliminar de constitución de la sociedad, cristalizando así la iniciativa.
El 20 de setiembre,  reunidos en la Sociedad Española, los presentes redactan el siguiente acta:
En la ciudad de Olavarría, a los veintidós días del mes de Septiembre de mil novecientos diez y ocho, siendo las tres y treinta minutos p. m. reunidos en el local de la Sociedad Española, los vecinos que firman en foja agre­gada a continuación, con el fin de constituir una Sociedad de Socorros Mutuos, hizo uso de la palabra el Señor Juan Baldana, iniciador de la reunión, y dijo que: como el objeto de ella era conocido por los presentes no iba a hacer considerandos sobre la importancia y necesidad de una institución de esta naturaleza llamada a llenar un vacío que se hacía sentir desde mucho tiempo en nuestra ciudad.
La idea de formar una sociedad de Socorros Mutuos netamente argentina fue la inicial; pero como la mayoría se inclina a darle más amplitud para que sus beneficios sean extensivos a mayor número de personas opinaba, que  se diera un carácter cosmopolita. Después de un ligero cambio de ideas así se resolvió por la Asamblea.
Invitado el Señor Juan Baldana a ocupar la presidencia de la Asamblea,  hasta tanto ésta designara la Comisión, designó secretario para el acto al Señor Filiberto Combours.
Después de otros considerandos,  el Señor Baldana dijo que era de parecer se procediera al nombramiento de la Comisión y dar nombre a la Sociedad.
El Señor Armando Collinet dijo que creía conveniente que se nombrara la Comisión, pero que la designación definitiva de la Sociedad se dejara para más adelante, cuando una asamblea más numerosa se reuniera para discutir los estatutos. Se aprueba la moción del Señor Collinet.
A moción del Señor Víctor Mieri, que apoyan el Señor Dámaso Arce y otros, la Asamblea resuelve nombrar una comisión provisoria encargada de redactar los estatutos que han de regir la institución. Se resuelve, que dicha comisión sea formada por ocho miembros, con cargo de dar cuenta a una Asamblea que se convocaría para una fecha próxima que debiera fijar la misma comisión. Se procede al nombramiento de esa comisión en forma secreta y por lista.
La Presidencia nombra una comisión de tres miembros de la Asamblea para que verifiquen el escrutinio, recayen­do la designación en los señores Mieri, Collinet y Smith. Hecho el escrutinio resultan electos por mayoría los señores Armando Collinet, Víctor Mieri, Juan Baldana, Dámaso Arce, Francisco Baltz, Antonio Pelegrino, Carlos A. Lecot y Filiberto Cambours, según acta levantada por la Comisión escrutadora y que se acompaña a la presente.
Vuelto a la presidencia el señor Juan Baldana hizo leer por secretaría una carta de adhesión del señor Guiller­mo Pelliccioni Triaca.
Acto seguido el señor Collinet hizo moción para que se levantara la sección.
El Presidente señor Baldana no habiendo más asuntos que tratar levantó la sesión siendo las cinco p. m.
El acta original está firmada por Juan Baldana como presidente, Francisco Baltz y Filiberto Cambours como se­cretarios. Acompaña un pliego con las firmas de los siguientes: Francisco Gabarro, J. Roumieux, Umberto A. Smith, Víc­tor Mieri, Dámaso Arce, Francisco Baltz, José M. Amoroso, Guzmán B. Piriz, Carlos A. Lecot, José Calero, S.D. Corradi,  Lino E. Villalca, Nicolás Rosito, Antonio Reig, Armando Collinet, J. Costa Rubert, José V. Jordán, Zelindo Fioroni, Francisco Carosella, Juan Disalvo, Edmundo Galbiati, José M. Dale, Victoriano Arroyo, Azar Chalela, Nicolás Offidani, Ramón Peyteado, Rómulo Lemos, Juan Di Leo, José Andreu, Eduardo Couto, Pedro Ruiz, Polonio Arbeo, Andrés Yanussi, Floro Disalvo,  Antonio Pelegrino, Augusto Pondarré, Juan Baldana, Salvador Ferraro, F. G. Monteavarro, Alberto Baltz, Antonio Petrella y Filiberto Cambours.

El 26 de octubre  de 1918 se realizaría la reunión, y presentado el proyecto de Estatutos por la  comisión encargada, 35 vecinos le dieron su aprobación y  procedían a la elección de los miembros de la primera C. D. de la Sociedad Cosmopolita.
El 31 de Octubre, los miembros de esta C. D. se distribuían los cargos en esta forma: Presidente,  Antonio Pelegrino; Vicepresidente, Víctor Mieri;  Secretario,  Francisco Baltz; Prosecretario,  Fili­berto Cambours; Tesorero,  Dámaso Arce; Protesorero,  José M. Dale: Vocales, Armando Collinet,  Juan Baldana, Juan Cistac y  Ernesto Baldana.
Revisores de Cuentas;  Umberto A. Smith, Juan Mazzucchi y Pedro Pardo.
Por disposición estatuaría esta Sociedad adoptó como día de fies­ta social el 12 de Octubre,  conmemorativo del Día de la Raza.

 Antonio Pelegrino (1873-1938)
  
                                          
Elegido primer presidente de la sociedad, desempeño este cargo por los siguientes períodos: 1918 a 1921, 1924 a 1931 y 1934 a 1935. De activa participación en la sociedad de Olavarría, fue uno de los fundadores de la Cooperativa Municipal de Olavarría Ltda, y su primer presidente.  Una calle  de Olavarría lleva su nombre
Otros presidentes fueron:



   Francisco Baltz                                 G. Pellicioni Triaca                                Juan B. Scuffi
           1922                                                    1923                                                 1932
        1947-1956                                     1935 a 1936  y 1944

   José M. Dale                                                              Antonio Petrella
         1933                                                                  1937 a 1943 y 1945
 
1946-Marcial Geneyro

Con motivo de cumplirse un año de su fundación, la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, como parte de los actos organizó para esa fecha romerías. Sobre el acontecimiento llevado a cabo, el diario El Popular nos brinda el siguiente relato: “Las romerías organizadas por la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, han resultado una bella iniciación de las serie de fiestas proyectadas por las diversas asociaciones locales para la primavera y verano. En la mañana del domingo, como lo prescribía el programa la comisión directiva y un núcleo de socios de la simpática institución, con la banda de música y la gaita, partieron en columna hacia la Municipalidad, donde después de haberse ejecutado el Himno Nacional se incorporaron las autoridades comunales y numerosas personas caracterizadas. La manifestación recorrió luego las sedes de las sociedades Francesa, Española, Italiana y Dependientes de Comercio, cuyas comisiones directivas con sus correspondientes insignias se plegaron también a la columna, la que se dirigió al Centro Español”. En el acto hizo uso de la palabra en representación de la Sociedad Cosmopolita, el Sr. Filiberto Cambours, quien después de saludar a las autoridades y a los miembros de las demás asociaciones concurrentes, recordó el aniversario del Descubrimiento de América, y resaltó que es en homenaje a esa fecha que se celebran las fiestas. Habló luego de los progresos de la institución subrayando que, a solo un año de existencia, contaba con la respetable cifra de setecientos asociados.

AÑO 1919 


ANVERSO: En campo de contorno irregular, en el interior de un círculo, busto de Cristóbal Colón, perfil izquierdo. Anepígrafe. Sin gráfila.

REVERSO: En el interior de un círculo, en tres líneas horizontales, la leyenda: 1918 / 12 OCTUBRE / 1919. Leyendas perimetrales semicirculares, superior: SOCIEDAD COSMOPOLITA DE S. M, e inferior: OLAVARRIA. Ambos conceptos,  separados por estrellas de cinco puntas. Sin gráfila.

Grabador: no figura
Colección: A.H.S.M.


Con motivo de cumplirse el 23° el aniversario de la fundación, la Sociedad Argentina lanza una campaña para obtener la cantidad de 1500 asociados, para poder mejorar y ampliar los actuales servicios que prestaba la asociación; ofreciendo a los nuevos socios la supresión de la cuota de ingreso. En 1941, año en que se realiza la campaña pro 1500 socios, la sociedad contaba con 810 socios 

Publicación en el diario El Popular de 1941.

En 1943, una publicación de la Sociedad Cosmopolita  nos cuenta los motivos de la creación de la farmacia social, nota que transcribimos.
En el año 1920, la Comisión Directiva de la entonces Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, en vista del alto porcentaje que representaba el gasto de medicamentos en la atención de sus asociados, resolvió licitar entre las farmacias locales el suministro  de medicamentos y especialidades, formulando al efecto un pliego de condiciones que se hizo circular entre los comercios farmacéuticos a fin de conseguir su propósito de economía que, como siempre ha sido el débil de las entidades mutualistas. Los farmacéuticos, interpretando mal la iniciativa y desconociendo o no alcanzando la verdadera finalidad perseguida, se entendieron entre sí para desertar de esta licitación, y la consecuencia fue que solo uno se hizo presente en este cotejo, y como no reunía las garantías que la C.D. entendía eran indispensables, se declaró desierta la licitación. De ahí nació la exigencia de crear una far­macia propia. Al efecto se entró en conversación con los dirigen­tes de la Sociedad Española de Socorros Mutuos para cambiar opinión sobre el asunto, y tra­tar de aunar los esfuerzos de todas las sociedades mutuales de Olavarría a esos fines. Los dirigentes de esta entidad ya habían conversado sobre la con­veniencia de establecer su far­macia propia y en consecuencia se dispuso que fueron ellos los que provocaran la primera reunión, que se realizaba en su sede el día 12 de Sep­tiembre de 1921, con la presen­cia de los señores José M. Montehermoso, por parte de la So­ciedad Española; Antonio Pelegrino, por la Sociedad Cosmopolita; José Arena, por la So­ciedad Italiana; Salim Cura, por la Sociedad Líbano-Siria; y Elías Indavere (h) por la Sociedad Libanesa Árabe.
Tratado el asunto, se llega a la conclusión de que la creación de una farmacia social, era un problema de urgente necesidad; y cada uno de los presentes in­formará a sus respectivas comi­siones sobre lo tratado en esa reunión, pidiendo un pronun­ciamiento inmediato sobre la actitud que adoptaran en la inicia­tiva y nombraran delegados de­finitivos.
El 3 de enero de 1922, se reunían en la sede de la Socie­dad Española de S. M., don Dio­nisio Rigada, don Pedro Ruíz y don Manuel de la Vega en re­presentación de aquella y don Antonio Pelegrino, don Francisco Baltz y don José Calero en representación de la Sociedad Cosmopolita, para dar ya forma definitiva a la iniciativa. Se da conocimiento que las demás sociedades reconocen la gran importancia del asunto, pero que por razones de orden financiero no pueden ayudar en la solución propuesta. Queda resuelta la fundación de la Farmacia Social, con un capital de 12.000 pesos aportados por partes iguales por cada socia, y al mismo tiempo se encarga la confección del con­trato respectivo entre las partes, el que es redactado y firmado por el Presidente de la Sociedad Española, don José Montehermoso y Presidente de la Socie­dad Cosmopolita, don Francisco Baltz.
El 11 de enero de 1922 se nombra el primer farmacéutico, en la persona del señor Agustín Cibrán, y el 1 de abril de 1922, la Farmacia Social, abre sus puertas al público en la calle Dorrego 345 (antigua numeración, hoy entre Rivadavia y Vicente López),  cristalizándose así una vieja aspiración de los mutualistas olavarrienses.  
La marcha de la Farmacia Social se realiza en forma progresiva y asombrosa. Las sociedades dueñas palpan de inmediato  los beneficios, viendo reducidos en un 50 % (como puede comprobarse en los balances respectivos) sus gastos por medicamentos y especialidades.
Con capitalizaciones sucesivas de utilidades, en pocos años se llega a sumar  32.000 pesos de patrimonio, amén de algunas devuelven a los dueños. 
Poco después,  la farmacia se trasladó a la calle Rivadavia 755 (antigua numeración), entre Belgrano y Dorrego. En el mismo lugar donde se instaló allá por 1877, la primera farmacia en  Olavarría, propiedad de Ventura Esteves, muy recordada por haber sido el lugar donde el  cura Castro Rodríguez, el 4 de abril de 1888, sustrae el frasco de veneno con el propósito de envenenar a su esposa e hija.

  
 Farmacia Social en la calle Rivadavia 
                                       

 En su marcha se producen algunos altibajos, ocasionados por  la incomprensión  de algunos empleados que perjudicaron su marcha, y a los que hubo que facilitar su retiro en beneficio de su mejor funcionamiento. Pero hemos tenido la satisfacción de haber sorteado con éxito todos los contratiempos;  que no han sido pocos ni fáciles, con el beneplácito del público, que supo siempre distinguirnos con su favor, demostrando así comprender los altos fines sociales que entraña y encierra el funcionamiento de esta verdadera institución pública.
Los momentos difíciles producidos por la honda crisis de los años 30 al 40, y las dificultades creadas  por la Ley de Farmacias de la Provincia para poder funcionar, crearon una situación harto delicada que llegaron hasta hacer pensar en la conveniencia de liquidarla. Estas causas movieron  a la socia a querer desentenderse de su atención, y acogiéndose a las cláusulas contractuales nos vendió su parte el 31 de Octubre de 1937, fecha desde la cual la farmacia Social, pasó a  exclusiva propiedad de la Sociedad Argentina de S. M. (antes Sociedad Cosmopolita de S. M.). Encarrilada nuevamente en una senda de constante dedicación e irrenunciable afán de trabajo, dirección eficiente y   atención esmerada, la vemos nuevamente embarcada en una curva ascendente de progreso.
En 1924, la sociedad cambia la razón social  por el de Sociedad Argentina de Socorros Mutuos de Olavarría; quedando así con el  nombre que se había propuesto al inicio de su creación. 
En 1943, la cantidad de asociados ascendía a 1250, siendo la sociedad mutualista con la mayor cantidad de socios.


Personal de la Farmacia Social en 1943
                                             

Dr. Juan C. Fal -Farmacéutico-, Romeo J. Jordan -Idóneo-, Enrique A. Sardi -Auxiliar de laboratorio-, Cadetes: Carlos Zubeldía, Roberto Targiano y Domingo Lordi,   Eduardo De Pierres-Contador-, Ricardo O. Jordán -Gerente-.

  Urbano P. Recavarren -Encargado de Cobranza-.
                                    


Comisión Directiva de la Sociedad Argentina en 1943 
                                

Presidente, Antonio Petrella; Vicepresidente, G. Pellicioni y Triaca; Secretario, Francisco P. Baltz; Pro secretario, Jose Arena (h); Tesorero, José. M. Amoroso; Pro tesorero, Marcial Geneyro. Vocales: Martín de la Canal, José M. Scheinshon, Blas Giangreco y Luis F. Dirazar. 

El Panteón Social. 

 El panteón de la Sociedad Argentina fue inaugurado el 21 de abril de 1929, y es obra de la empresa Hortensio Améndola. Consta de planta baja y de una alta a la que se accede por escaleras de mármol, ubicadas a cada lado de una plataforma techada por una cubierta triangular, que sostienen dos columnas dóricas unidas por un balcón.

Panteón de la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos de Olavarría


   

Fig. 1


   En el interior del frontón y en relieve (Fig.1), la siguiente representación: en el centro del Manto Sagrado que cuelga con sus extremos plegados, la cabeza de Jesús con corona de espinas, flanqueado a la izquierda por la parte superior de una lanza, y a la diestra por un clavo. El espacio del frontón se completa con flores de rosas y hojas de acanto, símbolos estas últimas de inmortalidad. Representando toda esta escena el padecimiento,  la crucifixión y muerte de Jesús.
   Surmontado a la cabeza de Jesús, un pequeño triángulo equilátero, símbolo cristiano de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), y en su interior, el ojo divino que todo lo ve, cuyo significado es la omnisciencia y omnipresencia de Dios. "He aquí el ojo de Dios sobre los que le temen. Sobre los que esperan de su misericordia" (Salmo 33.18). Estas imágenes y símbolos son similares a las que podemos ver en el frente de la iglesia San José, que fueron incorporadas con la reforma de la iglesia en 1935
.

Fig. 2


   Sobre el friso de la puerta de entrada de la planta alta, en el interior de un semicírculo que tiene una cruz en la parte media superior, un cáliz con hostia radiante (Fig.2). El cáliz en la liturgia cristiana es la forma trascendente del vaso. La copa en que se bebió el vino en la última cena y se lo relaciona con el Santo Grial. El cáliz aparece también recogiendo la sangre que brotó de la herida del costado de Cristo durante la Crucifixión, por obra de José de Arimatea. Es un símbolo de la Eucaristía y de la Redención del hombre. El pan y el vino, la carne y la sangre de cristo, su humanidad y su divinidad.“Quien coma de mi carne y beba mi sangre habita en mí, y yo en él” (Juan 6:56). A la derecha del cáliz una vid, simbolizando las uvas y el vino, y a la izquierda, ramas de palma, símbolo de martirio y triunfo sobre la muerte. 


Fig. 3                                                          Fig. 4


   En el vértice superior del frontón la figura del Sagrado Corazón de Jesús (Fig. 3), y en cada extremo una urna cubierta, simbolizando al cuerpo convertido en polvo y la eternidad; y el velo que las cubre es custodia de esos restos; el velo es también un símbolo de ocultación y revelación y “sólo a través de Cristo se descorrerá” (II Corintios 3:14). (Fig. 4)
La  sociedad mutualista que había logrado un rápido crecimiento, transformándose en una de las más importante de Olavarría en la mitad del siglo XX;  lamentablemente, al correr los años fue  decayendo poco a poco,  hasta quedar hoy sin comisión directiva y   prácticamente extinta. Por el  deterioro que hemos comprobado está sufriendo el panteón, seguramente en parte por la situación que atraviesa actualmente la sociedad, creemos, sería muy loable,  que las autoridades municipales se ocupen de darle una solución.  
  Todo cementerio tiene su propia historia y un valioso patrimonio social, cultural y arquitectónico. Patrimonio cultural de bienes tangibles e intangibles que posibilitan, a través de las expresiones funerarias, la formación de la memoria colectiva de la comunidad. 
 Los cementerios son mucho más que un lugar donde enterrar a los muertos, los cementerios son, también, un lugar que nos habla de nuestra historia y nos muestra como somos como individuos y como sociedad; y por tal motivo creemos, que el conjunto de la sociedad debe asumir como algo propio y valioso cuidar ese patrimonio. 



Edificio de la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos

El 12 de octubre de  1956, siendo presidente Francisco Baltz, se inaugura  en su totalidad el nuevo edificio de la Sociedad Argentina, que se encontraba parcialmente habilitado.   El nuevo edificio constaría de una planta baja para Farmacia Social y dos pisos superiores.  Edificio que hoy,  en la planta baja sigue siendo ocupado por  una farmacia, y en los pisos superiores por el Centro de Formación Profesional 403 y el centro de monitoreo de cámaras municipales.