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viernes, 13 de noviembre de 2020

LOS COMIENZOS DEL CINE EN OLAVARRÍA 
Autor: Cr. Adolfo Hipólito Santa María



El  cine como espectáculo en el mundo comenzó el 28 de diciembre de 1895, en un salón del Grand Café de París, y consistió en un documental presentado por los Hermanos Lumière, donde, entre otras imágenes, aparecen las de los trabajadores de una fábrica propiedad de los mismos Lumière, y la de un tren que velozmente se acercaba provocando que algunos de los espectadores reaccionaran con pánico creyendo que el tren los atropellaría.

Poco después de 1900 se comenzaron a realizar en Olavarría las primeras proyecciones de forma muy precaria.

El 18 de febrero de  1904, la empresa cinematógrafo Marconi de Capital Federal,  realiza una función en el Teatro Menotti Garibaldi. 

Siendo el precio de las entradas: palcos con cuatro entradas $ 6 m/n, Luneta $ 1 m/n y Paraíso $ 0,50 m/n. 

En marzo de 1905, en el Teatro Menotti Garibaldi, con el gran cinematógrafo Gaumont a 8 y 1/2, se proyectaron las siguientes vistas: El proceso Dreyfus; Venecia Pintoresca; Diez panoramas gigantes; Guerra ruso-japonesa; la República Argentina por dentro; Boxeadores y la Serpiente. 

En 1906, se realizó una exhibición en el salón de la Sociedad Italiana Francisco Crispi, ubicada en  la calle Dorrego, donde hoy se encuentra el edificio de la Biblioteca 1° de Mayo.

Para hacer funcionar al equipo se utilizó una dínamo de una máquina trilladora, propiedad de Juan Baldana, padre del que después fuera director del diario El Popular, y en otras de las proyecciones se utilizó la electricidad que les facilitó el Molino La Clara.

En este mismo año “se realizaron proyecciones en  el local de la cervecería de  Claudio Meyer, instalado en Alsina y Belgrano (hoy local ocupado por una heladería), donde los con­currentes podían observar 'las vistas' entre sorbos de espumosos vasos de cerveza” (1).

Al año siguiente,  Balbino González  en  el salón comedor del Hotel  Central, ubicado en la esquina de San Martín  y Rivadavia, exhibió figuras animadas ante un reducido número de per­sonas. Después las realizaría la firma Rivadeneira, Lettieri y Cía., con escaso éxito. En este mismo año, Claudio Presa en el Hotel Colón de la calle General Paz, entre Vicente López y Rivadavia, intentó con equipo propio poner al alcance del público las úl­timas novedades de la "fotografía con movimiento".

Después de estos ensayos vendrían los hermanos Montalvo, quienes instalaron en la calle Vicente López, entre Belgrano y Dorrego, el Cine- Bar El Edén.  

 En 1909, se instala el cine-bar El Edén, donde hoy está el Teatro Municipal,  ahora propiedad de Lettieri, en el que para presenciar la función era indispensable la consumición obligatoria. "Los espectadores se ubicaban junto a las mesas y ahí se bebía y se fumaba, sin considerar incorrecto mantenerse con el som­brero puesto. Para esa fecha, las familias asistían a la función y las niñas y los jóvenes cubrían la "con consumición  obligatoria" frente a un platillo de pa­pas fritas o de aceitunas."(2)

En 1910, surgió el cinematógrafo de Pedro Medi­na en la esquina de Pringles y Dorrego, que tenía idénticas particularidades que El Edén.

En 1913, se proyectaron películas en el local de la Sociedad Italiana Menotti Garibaldi, ubicado en la calle Dorrego, entre Rivadavia y Moreno, donde actualmente está la sede de la sociedad italiana, esta vez realizadas por la empresa de José María Ventre.

Cine Teatro Menotti Garibaldi

También en este lugar comenzaron las funciones teatrales, y por el desfilaron compañías de ópera, músicos de renombre, ilusionistas y acróbatas. Después se convertiría en un cine bar y más tarde en cine.

Cine El Águila
 

Al cine El Edén le siguió el Cine Teatro Vicente López,  y a éste  El Águila en la calle Vicente López, entre Belgrano y Dorrego, con diferentes propietarios: Ventre y Cía, Ventre y Perrone y Ventre y Canevello. 
En el comienzo de las funciones, la parte musical estaba a cargo de un pianista que trataba de acompañar los movimientos de la película. Luego, un conjunto de músicos ar­monizaba al iniciarse la función y en los intervalos de la misma.
El 16 de febrero de 1927, los propietarios del Cine Águila, Ventre, Perrone y Cía. solicitaban a la municipalidad el permiso para exhibir películas en el frente de mampostería del cine, y la autorización  para apagar la luz de la calle que daba  frente al cine. Las funciones se realizarían todos los días de 21, 30 a 0,30 horas,  concediéndole la municipalidad el permiso en forma precaria por 30 días. 
El 24 de febrero de 1915, se inauguró el Cine Perrone en la calle General Paz y Vicente López, y el 12 de mayo de 1918, contigua al cine,  inauguran la Confitería Perrone.  Poco después, en sociedad con Petrella,  instalaron en ese mismo lugar el Cine Bar Paris. El 18 de octubre de 1918, en dúo con José Razzano y el guitarrista José Ricardo, actuó Carlos  Gardel; actuación que repetiría el 17 de mayo de 1933, esta vez acompañado de Horacio Pettorossi, Guillermo Barbieri, Ángel Domingo Riverol y Julio Vivas.
Terminada la función, las crónicas de la época hablan de un lleno total. Carlos Gardel, que debía esperar más de dos horas para abordar el tren de regreso a Buenos Aires, decidió entonces pasar ese tiempo de espera en la confitería anexa al cine; allí se juntaron varias mesas y se instaló junto a sus músicos y otros que se sumaron. Se cuenta, que en una mesa alejada estaba el poeta olavarriense Arsenio Caviglia Sinclair, un habitué de la confitería. Advertido Carlos Gardel por un parroquiano, que aquella persona era un reconocido poeta olavarriense, Gardel le dijo que lo invitara a la mesa. –Che, Gardel quiere hablar con vos, le dijo. Caviglia levantó apenas la cabeza y respondió. –Decile a Gardel, que la misma distancia hay de acá a allá que de allá a acá… Si quiere hablarme, que venga.. Y Gardel fue a compartir esa mesa. Allí se quedaron largo rato conversando.

Gardel y Razzano 


Cine Paris
 

Nota en el diario El Popular, anunciando la presentación de Carlos Gardel en el Cine Paris 

 
El 14 de noviembre de 1924, se proyecta en el Cine Paris la primera película sonora, que se constituyó en todo un acontecimiento para la ciudad.

Afiche de la primera película parlante proyectada


EL CINE TEATRO MUNICIPAL

El 1 de mayo de 1875 asume como gobernador de la provincia de Buenos Aires el Dr. Carlos Casares. En beneficio del pueblo de Olavarría, el 17 de noviembre de 1875, el nuevo gobernador daría la comisión al agrimensor Juan Coquet para que trazase el ejido. 

El trabajo fue rectificar lo realizado unos años antes por el ingeniero Juan F. Ceztz.

La mensura la inició el 3 de febrero de 1876 y la finalizó el 28 de mayo de 1877. Y el 3 de agosto de 1877, el P.E de la provincia prestó su aprobación.

Como resultado integró 16 leguas al nuevo partido a crearse, y para que las manzanas que tenían frente sobre la ribera del arroyo no resultaran irregulares, dejó un espacio libre de 35 metros sobre el arroyo dando lugar al hoy denominado Parque Mitre.

La mensura dividió la traza del pueblo en ciento veinte manzanas de 86,6m. y reservaba cuatro manzanas para Plazas y edificios públicos, las comprendidas hoy entre las calles Vicente López, General Paz, Dorrego y Moreno.    

La idea de hacer un teatro se remonta a 1895. El 4 de octubre de 1895, el Concejo Deliberante resolvió comunicar al intendente que en la sesión de la fecha se acordó reservar el solar norte de la manzana donde se encuentra la Casa municipal, cuyo frente es sobre las calles Vicente López y Belgrano, el mismo lugar donde hoy está el Banco de la Nación Argentina.
En 1925 se decidió llamar a licitación para construir un teatro. En enero de 1926 el estudio de del arquitecto F. Marseillan, presenta un anteproyecto para la construcción del mismo. 

Poco después lo haría la firma de los arquitectos Martinoia y Fritzsche, proyecto que finalmente resultaría aprobado el 20 de mayo de 1927. La suma a invertir ascendería a 250.000 pesos moneda nacional. Al votarse el proyecto, los representantes del Partido Socialista y el Partido Conservador, acompañaron el proyecto con la salvedad que la obra más urgente era la construcción de un mercado municipal. La construcción del teatro en ese lugar finalmente no se realizó. La crisis económica de 1929 y el golpe militar de 1930 hicieron que se postergara el proyecto de construirlo. La prioridad para los nuevos ocupantes del Palacio Municipal serían la construcción del Mercado Municipal en 1932 y el nuevo edificio de la municipalidad en 1934.


Proyecto de la firma F. Marseillan


Proyecto de la firma Martinoia y Friztche

Finalmente, la construcción del teatro municipal se inició en 1940, con un nuevo proyecto de Francisco Marseillan,  en la esquina de las calles San Martín y Rivadavia, frente a la Plaza Coronel Olavarría.  

El edificio de estilo arquitectónico Art Deco, consta de un amplio hall de acceso y una estructura de tres pisos: plateas, pullman y súper pullman. Un escenario de 13m x 8m, y una capacidad para 1020 espectadores.  

El Cine Teatro Municipal se inauguró el 7 de julio de 1940, arrendado a la firma Gutiérrez y Landeta, ese día se proyectaron dos películas: "Llegaron las lluvias", con Myrna Loy y Tyrone Power, y "Los muchachos se divierten", con Sofia Bozán, Alicia Barrié, Carmen del Moral y Enrique Serrano entre otros.


Edificio del Cine Teatro Municipal


Proyector a carbono década del 40, uno de los primeros que llegó al Cine Municipal.  

                                                         
Después vendría el Gran Cine Olavarría, sala que se inauguró el 16 de agosto de 1961.

  Vista exterior del Cine Olavarría
                                                
Vista del interior del cine

     
Vista del interior del cine


Vista de la sala del cine
                                 

Vista de la primera función en el Cine Olavarría. 


Proyector del Cine Olavarría de los años 70. 



  Entradas del Cine Olavarría 
El cine en Olavarría, como un gran entretenimiento social, tuvo sus años de apogeo hasta los años 70; con la llegada de los video club y las consecuencias de las crisis económicas en nuestro país, a finales de los años 80 quedaba en Olavarría una sola sala de cine y, en 1989, por seis meses no hubo cines en Olavarría. En 1999 se abren salas de cine en el Hipermercado Toledo (actual Changomas ).

El Gran Cine Olavarría cierra sus puertas en 2005, la última de las salas históricas de la ciudad. En 2014, donde funcionaba el Cine Paris, se inaugura el Complejo Paris con tecnología digital y  3D.

 


Notas
(1)Ayer ..La Hora Actual, página 20.
(2)Ayer ..La Hora Actual, página 20.

Bibliografía
Álbum de Olavarría - 1867-25 de noviembre -1947
Anuario del Diario La Democracia de 1941
Arena, José - Ayer La Hora Actual - 1964
Archivo Histórico de Olavarría, Revista Nº 2. 
Diario El Popular de Olavarría
Jordán, José V. - Pequeñeces - 1929
Revista Fortaleza. Número 2 - 1976
Todo es Historia Nº 247




viernes, 6 de noviembre de 2020

                                             EL PARQUE CARLOS GUERRERO 

                                  "Carlos Francisco Guerrero o Carlos Severo Guerrero"

                                                                                         Autor: Cr. Adolfo  Hipólito Santa  María

                                                        Parque Carlos Guerrero ( Postal coloreada)

En 1914, se resolvió constituir la primera comisión directiva del Club Estudiantes de Olavarría, fundado el 15 de abril de 1912. La reunión se realizó en la casa del poeta olavarriense Arsenio Caviglia Sinclar, de la Avenida Colón entre Moreno y Rivadavia. 



Casa de Arsenio Caviglia Sinclair


Hay de dar bases sólidas a Estudiantes para que el esfuerzo realizado no se pierda, hay que practicar y hacer practicar todos los deportes. … hay que hacer que la ju­ventud de Olavarría concurra a los campos de deportes…”, diría en aquella reunión el profesor y poeta Arsenio Cavilla Sinclar, elegido secretario de la primera comisión.

En 1917, Estudiantes tenía 100 socios y muy poco recursos, pero sus dirigentes no  se conforman con ser solamente  un club de fútbol en el escenario deportivo de Olavarría, y es así como en el mes de septiembre sorprenden a la opinión en general al anunciar que se disponen a cons­truir ''un gran Parque y Campo de deportes, en el cual habrá canchas de fútbol, de tenis, velódromo, plaza hípica, cancha de bochas, juegos atléticos, un embarcadero y una balaustrada costeando el arroyo".

El 29 de agosto se aprueba lo acordado por el escribano Ramón A. Rendón, que en nombre del Club ha obtenido del señor Carlos Guerrero la quin­ta N.º 78  por cinco años,  con opción a otros cinco, pagando un alquiler anual de 100 pesos. Pasado  ese plazo,  todos las plantaciones y obras de mampostería que se construyeran, quedarían para el propietario. 


 Carlos Francisco Guerrero

                                                   

El propietario  de la quinta, Carlos Francisco Guerrero,  nació en Buenos Aires el 13 de diciembre de 1847. Desde muy joven colaboró con su padre en la empresa familiar dedicada a los negocios navieros. 

En 1871, comenzó a dirigir en diversos establecimientos las tareas rurales, y con el tiempo logró adquirir numerosos campos en la provincia de Buenos Aires, Córdoba y San Luis. En el partido Olavarría fundó la estancia San Antonio. En 1892, junto a otros ganaderos crean la Liga Agraria de la Provincia de Buenos Aires, cuya existencia concluyó en 1923. 

En 1879 importó desde el Reino Unido el primer toro Aberdeen Angus, de nombre Virtuoso.

Estableció una de las primeras fábricas de conservas alimenticias. Participó en la política, por la Unión Cívica fue candidato a legislador provincial en 1899.

Carlos Francisco Guerrero se unió en matrimonio en 1876, con María Ignacia Rodríguez Gaete Castro, y a uno de sus cinco hijos le pondría el nombre de su hermana Felicitas, cuya trágica muerte tuvo un gran impacto en la sociedad argentina de aquellos años. Falleció en su establecimiento Charles, en Juancho, partido de General Madariaga, el 23 de enero de 1923. Su hija Felicitas sería, a su muerte,  uno de los  herederos del predio y de  la estancia San Antonio en Olavarría. 

En una Asamblea de 16 socios se aprueba  arrendar la quinta y hacer el parque. Días más tarde, la comisión contrae  con un banco local una obligación de 2.500 pesos,  con un interés del 9 por ciento y una amortización del capital  del 5 %.

El Presidente, al dar cuenta a la Asamblea de la obra a emprenderse dice:

*'El club cuenta con 100 socios, cobrándose habitualmente 100 pesos men­suales. Los gastos del club son: 25 pesos de alquiler de salón, 22 pesos de cobranza de recibos y empleado, 5 pesos de colocación de redes, $ 7.50 de luz y $ 10 para gastos generales Hay de salida $ 69.50 y con los $ 61.42 que habrá que pagar por la letra serán $ 130.92, es decir,  que habrá un déficit mensual de 30.92, pero con una propaganda activa se puede llegar a tener 150 socios, lo que dejaría un saldo a favor del Club, sin contar las entradas que dará el parque en los días festivos. Por lo tanto, la idea, como la he expuesto li­geramente, es bajo todo punto de vista factible, llenará un vacío dentro de esta localidad y colocará a esta Institución entre una de las más importan­tes de la Provincia" (acta número 34 del seis de septiembre de 1917).

En la asamblea se aprueba la propuesta de contraer el crédito de 2.500 pesos, el que es realizado con el Banco de Olavarría,  siendo garante el  doctor Juan A. Errecart y solidarizándose con él, en partes iguales, los miembros de la Comisión señores Fran­cisco Amoroso, Raúl Santafé, Humberto Carpi, Manuel R. Alistarán, Pedro Giangreco, José Aristarán, José V. Ripoli, Juan Cervini, Fernando Fioroni, José Andreis, y Pedro Miqueleiz Laplaza.

Aceptan el ofrecimiento del Ingeniero Isnardi,  que diseña gratuitamente el Parque. Se reciben en donación plantas que hacen llegar al club el director del pre­sidio de Sierra Chica, señor Cristino Benavides  y de los señores Antonio Cirigliano, Antonio Petrella, Pedro J. Giamgreco, Francisco Amoroso, Juan Hoffman, Dr Juan Errecart, Manuel Aristarán y otros vecinos.

Se colocó un molino adquirido en la Capital Federal (ver en la foto)

Se compran en un remate de Regino Livio 20 chapas, a razón de cuatro pe­sos cada una y se contratan los servicios de la carpintería Ippólito,  para que por 50 pesos confeccione una casilla para el cuidador, casilla que permaneció por mucho tiempo en el lugar. Se toman algunos peones y se inician los trabajos. Era el 15 de Enero de 1918.

El 20 de febrero de 1918, se reúnen en asamblea para elegir la nueva comisión directiva del club.  Concurren 29 socios, y resultan electos los siguientes:

Presidente, Francisco A. Amoroso, Vicepresidente, José V. Ripoli; Secretarios, Manuel J. Arena y Raúl Santafé; Tesorero, Pedro Giangreco; Prosecretario, Antonio Petrella; Vocales: Humberto Carpi, José Aristarán, Carlos Fassina, Jose´Andreis, Glauco Azzi y Pedro Miqueleiz.  Comisión Revisora de cuenta: Domingo Inzua, Manuel R. Aristarán y Orfel Nieto.

Comisión de Parques: Francisco A. Amoroso, José V. Ripoli, Pedro J. Giangreco y Orfel Nieto.

Se trabaja mucho en el Parque,  se tapan los zanjones, se terraplena, se alisa el te­rreno. Se plantan  muchos árboles y cada uno tiene quien los cuida y los atienda.

De día se trabaja en el Parque, que en principio es  solamente un pedazo de terreno removido, y de noche se realizan las reuniones. Para acudir a ellas los miembros deben aportan cada uno dos pesos.  Dos pesos por cada reunión y las reuniones se sucedían y eran realizadas a pleno.

La falta de recursos se hace sentir, se están a punto de paralizar los trabajos del Par­que y hay quien propone abandonarlo, pero el doctor Errecart dice que eso no es posible y costea dos peones de su propio peculio.

El señor Pedro Lizaso contribuye con  1.500 pesos, que el Club pagará como pueda sin interés. Dante Datteli aporta 500 pesos.

Se rifa un auto Ford, facilitando el dinero para comprarlo el miembro Antonio Petrella.

El 5 de Julio de 1919,  se produce la trágica  inundación que afectó a toda la ciudad,  y causa daños en el Parque que se estimaron en 1.500 pesos.  También la inundación sepultó en el arroyo el puente de hierro- el primero para pasos de vehículos-,  construido en 1883 y ya en desuso,  que estaba en  las proximidades de la antigua usina eléctrica uniendo las márgenes del arroyo, donde hoy se encuentra el puente de cemento detrás de la compuerta.   

Vista del  Puente de Hierro
                                                             

No importan los daños. Se insiste en el sembrado.  Se bus­can otros medios. Se lanza un manifiesto al pueblo pi­diendo apoyo para la obra.

Se contrata el Cine Perrone (hoy Cine Paris)  por un mes, y se rea­lizan veladas cinematográficas los días 2, 9, 23 y 30 de noviembre, pero el público no responde al llamado y lue­go de pagar los gastos, queda al Club un líquido producto de solo diez y seis pesos con ochenta y cinco centavos.

Cuando viene algún equipo a jugar, los miembros de la directiva  aportan  para pagarles el alojamiento,  y cuando hay que salir, son los mismos jugadores los que se pagan los pasajes.

Giangreco y Petrelle viajan a Buenos Aires para entrevistarse con Carlos Guerrero y donan los gastos de su traslado.

En  febrero de 1920 se renueva la comisión. Resultan electos Presidente,  F. Amoroso; Vice, J. Ripoli; Secretarios,  Manuel J. Arena y Antonio Petrella; tesorero,  P. Giangreco; Pro, Raúl Santafé; Vocales: Luis I. Sallíes, Fernando FIoroni, Luciano Indavere, Balbino González, Lorenzo Tejero y Pedro Miqueleiz. Suplentes Orfilio Vannini, Pedro Lizaso, José Calero, Manuel R. Aristarán. Comisión Revisora de Cuentas: Víctor Mieri, Juan Costa Rubert y Federico Hornig.

 SE INAUGURA EL PARQUE

Parque Carlos Guerrero ( Postal coloreada

                                                 

Vista de un partido de fútbol en la cancha del Parque ( Postal coloreada)
                       

El 20 de Junio de 1920 se inaugura el Parque Carlos Guerrero, diseñado por el Ingeniero José S. Isnardi,  y realizado con mucho esfuerzo  por los miem­bros de la comisión.

Teatro Menotti Garibaldi
                                                            

El 19 de junio se realizó en el Menotti Garibaldi (local de la sociedad italiana) una velada teatral reponiéndose  la obra "Las de Enfrente",  que se ya se había estrenado en una velada de las Damas de Benefi­cencia. Las señoritas Angélica Cereseto, Nélida Michelini, María Andreu y el señor Agustín Muñoz ejecutaron piezas en guitarra. La niña Blanquita H. Herbón cantó acompañada al plano por la señorita Luisa Pinto. La señorita Elena Jansen recitó, e interpretaron la obra los jóvenes Orfilio Vannini, Héctor Ruiz y Carlos Fassina, y  las señoritas Delia Cereseto, Clementina Sanucci, Delia Yanussi, Elena Jansen y Petra Agriani.

La inauguración del Parque Carlos Guerrero fue una  fiesta sencilla.

Dirigió la palabra al público el señor José V. Ripoli,  presidente fundador del Club,  que explicó el significado del acto y pronunció palabras relacionadas con el Día de la Bandera.

Se corrió una carrera pe­destre que ganó Alberto Berrueta y en la que entró segun­do José Di Mateo. Una  exhibición gimnástica a cargo de alumnos de las escuelas y se jugó un partido de fútbol entre la primera división de Estudiantes y  la de Blanco y Negro de Co­ronel Suárez,  partido que ganó Estu­diantes por 3 a 0.

El 9 de Marzo se realizó la Asamblea a la que asis­tieron 18 socios con los de la directiva.

Se constituye la comisión con los siguientes:  Presidente, Francisco Amoroso; Vice, José V. Ripoli; Se­cretarios, Umberto Smith y Antonio Petrella; Tesorero, Balbino G. González; Protesorero, Luis I. Saúles, Voca­les: Raúl Santafé, P. Giangreco, Fermín Sanucci, Loren­zo Tejero, Humberto Carpi, Orfilio Vannini, José Calero. Suplentes: D. Isura, F. Hornig, Alfredo Grigera y Manuel J. Arena.

La Comisión Directiva,  preocupada por la situación en que se encuentra el Club con respecto a la quinta donde han empezado a construir el Parque, destaca a los miem­bros señores Amoroso, Petrella y Gi'angreco,  para que en compañía de los señores Ramón A. Rendón y doctor Juan A. Errecart, entrevisten al señor Guerrero,  solicitándole en •donación o venta el terreno que ocupa el Parque.  La entrevista fue larga, y parecía que  las gestio­nes iban a fracasar cuando,  el doctor Errecart, mirando un cuadro con el retrato del hijo de Carlos Guerrero, le dijo:

Señor Guerrero: En memoria de su hijo, Vd. de­be ceder al Club Estudiantes el terreno que ocupa, y esta muchachada entusiasta levantará ahí un gran parque y campo de deportes que se llamará "Garlos Guerrero" en memoria de su hijo, que como ellos era joven y como ellos animoso. . .

El señor Guerrero se emocionó por el tono solem­ne de las palabras del doctor Errecart. Miró largamente el retrato de su hijo muerto y manifestó que cedía por 30 años la quinta 78, al Club Atlético Estudiantes.

El hijo de Carlos Francisco Guerrero, cuyo retrato había visto el doctor Errecart, era el de su primer hijo, Carlos Severo Guerrero, de profesión ingeniero. Nació en Buenos Aires el 8 de octubre de  1877, y falleció el 2 de marzo de 1908 a la edad de treinta años.    

A la muerte de Carlos Francisco Guerrero,  la sucesión tuvo un gesto muy noble al donar las quintas 77 y 78,  y en esta donación, como en otras gestiones que se realizaron, intervinieron los seño­res Ramón A. Rendón, Dámaso Arce, Rudesindo Herbón, Francisco Indavere y los miembros de la directiva.

Los donantes de las quintas 77 y 78 serían: Felicitas Guerrero de Mihanovich,  María Teresa Guerrero de Llobet Cullen y Héctor M. Guerrero, habiendo sido un media­dor eficaz el doctor Quesada.

Felicitas Guerrero de Mihanovic 
                                                      

Felicitas Guerrero, cuyo nombre completo era Felicitas Corina Rosa, nació en Buenos Aires el 14 de abril de 1879.

 Casada con Nicolás Santiago Mihanovich Balestra, tuvieron cinco hijos: Felicitas, Carlos María, Jorge Luis, Fernando Pedro y Nicolás Santiago.  

Después se fallecer su esposo Nicolás Santiago  en 1920, Felicitas se casa con su cuñado Pedro Miguel Mihanovich. El 11 de noviembre de 1953, a la edad de 74, Felicitas fallece en Buenos Aires. 

En la Asamblea del 21 de marzo de 1931, Felicitas Guerrero de Mihanovich, María Teresa Guerrero de Llobet Cullen y   Héctor Guerrero serían nombrados socios honorarios del club.

El hecho de haber bautizado al Parque,  sin el aditamento del segundo nombre o indicando la filiación del homenajeado,  y quizás también,  porque  el paso del tiempo hizo su parte; es  muy común,    que la gente al referirse al Parque Carlos Guerrero asocie su nombre con el  estanciero  Carlos Francisco Guerrero. Pero, si tenemos en cuenta  el motivo  y el  expreso deseo de Carlos Francisco, como vimos anteriormente, el nombre del Parque debería hacer mención al ingeniero Carlos Severo Guerrero, su primer hijo.   Siempre y cuando, no esté expresamente indicado en un acta del club  o en el documento de donación del predio, que el nombre del Parque es en homenaje a Carlos Francisco Guerrero. Con respecto a las actas del club, ya nada podemos averiguar, porque lamentablemente se perdieron totalmente durante la inundación que sufrió la ciudad de  Olavarría. 


FUENTES CONSULTADAS

Nuestro querido Estudiantes, revista publicada en 1940

Anuario del Diario el Popular de 1935

Álbum de Olavarría -1867-1947